Dos galpones del ferrocarril desplegaron pancartas, música, libros y
voces para engalanar por tres días la actividad de la 3° edición de la Feria del Libro en Sierra de
la Ventana. Los
stands fueron tomando forma en un paisaje cálido y verde, mientras unos hilos
sostenían los restos quemados de un vagón. Por cada rincón, se dibujaron
contrapuntos: tachos para reciclar materiales, una pintura mural colectiva, un
patio de comidas y los concurrentes prepararon mate para recorrer primero y
después, sentarse a disfrutar las jornadas y las propuestas literarias,
musicales e informativas.
“Este año logramos la visita de alumnas y alumnos
de secundaria de la región”, nos cuenta Natalia Molina, una de las
organizadoras de la edición, que junto a Carolina Mizrahi, Erika Vollers, Roberta Iannamico, Fernanda Tenca y Ana Vidal, supieron convocar a
participantes y público de la región. “Primero que nada, esta feria es un
lugar. Un terreno ganado con mucho trabajo, para dar espacio a la diversidad de
expresiones culturales de nuestra región”.
Palomas y libros
El recorrido por el gran galpón muestra una red armada de escritores,
permacultores, editores, cocineros, militantes, artesanos, libreros, hacedores
radiales, músicos, maestros, teatreros, bibliotecarios, estudiantes,
jardineros, investigadores y lectores, que consultan, hojean y compran.
Revistas, periódicos, mini publicaciones, libros enormes o de bolsillo, también
latas que contienen versos nacionales e internacionales en formato de disco
compacto. Plantas, semillas, cactus, no hay rótulos, ni compartimentos estancos
en la exposición. “Todos somos un poco de todo esto en cada momento. Nos alegra
poder abrir estos galpones una nueva vez”.
La Comedia Municipal de Bahía Blanca con su “Libro de Piratas” irrumpió
como una sorpresa, de esas que dan alegría y curiosidad en pequeños y grandes.
La obra de Cristian Palacios hizo un viaje con trajes, escenografía y
parlamentos para entretenimiento de los visitantes de la feria. “Fue muy valioso
el aporte del Instituto Cultural de Bahía Blanca, la Comedia nos visitó y
también, fue convocada la
Orquesta Escuela de Villa Miramar”, niños y jóvenes
deleitaron la tarde noche del sábado con ejecuciones clásicas y rockeras. Otra
propuesta para los chicos fueron las narraciones orales que realizaron las
bibliotecas populares de la comarca con sus espacios infantiles dentro y fuera
de las instalaciones ferroviarias. Una variedad de libros infantiles expuso la
biblioteca Mariano Moreno de Sierra de la Ventana, mientras que las sillas y mesas se
multiplicaron en el sector de la biblioteca Gral. San Martín, perteneciente a
la localidad de Saldungaray, mientras que en los exteriores se exponían los
trabajos elaborados en los talleres “Tijereteando”, “Herbario de hadas” y en
los talleres de origami y semillas de la biblioteca local.
Y las palomas revoloteaban entre los tirantes centenarios, conviviendo
con los expositores y el público. Muchos visitantes se anotaron en el taller de
encuadernación a cargo del grupo “La
E del Colihue Infinito”, que alistaron unas impresiones y se prestaron a explicar las
habilidades necesarias para lograr el cometido del armado de una publicación.
Para los mayores, se ofrecieron talleres de literatura infanto-juvenil con las
especialistas Viviana Bilotti, Laura Escudero y Paula Bombara, quienes contaron cómo se escribe para niños y
dieron ejemplos con lecturas de sus propias obras en un espacio recreado con la
muestra de arte del Jardín de infantes N° 903 de Sierra de la Ventana y las expresiones
artísticas y artesanales de la región.
Por las tardecitas
El calor invitó a quedarse a la hora en que se incentivaron las lecturas
de narrativa y poesía de Patricio Eleisegui, Emilio Orbe, Alfredo Holzmann, Mauro Lococo, Juan Desiderio y Roberta Iannamico, durante el día viernes. Entretanto, el sábado,
mientras se tejía la intervención “Qué tramamos” de Fernanda Pérez, las voces
de los versos llegaron a través de German Arens, Carolina Rack, Alfonsina Brión, Valeria Tentoni, Sergio Raimondi, Omar Chauvié y María Medrano. Finalmente, el domingo, cerraron
las lecturas en voz alta en el parque ferroviario Daniel Martinez, Omar Zarza, Antonia Zaragoza, Azucena Racosta, Milton López, Agostina Paradiso, Graciela Rojas y Natalia Molina. Noches que llegaron
de la mano de los fogones literarios y los recitales de los artistas Juan
Desiderio, Rosari Bléfari y el grupo Mamita Santa.
Las novedades se hicieron accesibles mediante las presentaciones de
libros Vacasagrada Ediciones por las autoras Laura Forchetti, Eva Murari, Alejandra Puppio y la ya conocida autora, Roberta Iannamico. A la lista de primicias, se sumó Andrés Alberto
Farías con su obra de historietas, “La dura vida”.
La permanencia de las intervenciones de Guillermina Prado y también,
Isidoro Espacio por el Arte fueron las pruebas de la diversidad de
exhibiciones. “Creemos en generar espacios culturales, en los que se celebre el
encuentro y lo comunitario”. La concientización respecto al cuidado del medio
ambiente estuvo en manos del Jardín Botánico Pillahuincó y el grupo de Permacultores de la
Comarca serrana, que duplicaron esfuerzos en las
explicaciones del baño seco, las ventajas del reciclado y la eficiencia y
necesidad de la conservación de los espacios verdes locales.
Editoriales, librerías y grupos culturales que dijeron presente con sus
obras, ofertas especiales y presentaciones de materiales infantiles fueron Quipuzindo & Gafuri, Capuchas, Chin chin, Sudestada, Patagonia, Luis Valderrama, Lilith libros, Vox ediciones, La Grieta, Acción creativa,
Artimañas, Gabriela Marrón, Librería del Sudeste, Emilio Orbe, Mil Ombúes, Juan
Ignacio Gilligan y Viajera editorial. “Los agradecimientos son extensos, hicimos mucho
esfuerzo para concretar esta convocatoria, los resultados fueron muy favorables
y debemos reconocer el aporte de las instituciones de la localidad, la
delegación Municipal de Sierra de la
Ventana y Coronel Suárez, quienes nos facilitaron insumos y
gestionaron materiales, también participó el Instituto Cultural de la Provincia de buenos
Aires delegación Bahía Blanca”.
Cantora
“La Cantora”
es un proyecto de comunicación popular para el cambio social, “convencidos de
que el conocimiento libera, nacimos en 1992 en la Unidad Penal Nº 4 de
Villa Floresta de la ciudad de Bahía Blanca, perteneciente al Servicio
Penitenciario Bonaerense. Somos una radio para agilizar los oídos y destrabar
la lengua, en ella trabajan personas privadas de la libertad” introdujeron en
su charla abierta al público. “El surgimiento del proyecto con todas sus actividades
está ligado directamente a la necesidad vital de enfrentar al discurso
hegemónico desde y en su propio seno. Elegimos como herramienta la comunicación
popular desde la perspectiva dada por su objetivo: la liberación. Instancia
generada por la recuperación de la palabra mediante las prácticas que la
abordan a partir del debate colectivo, como forma de parir un pensamiento
crítico de la realidad”. El propósito no cambió con el tiempo, sí los alcances
que se están logrando: “celebramos ahora, la posibilidad de compartir nuestro
trabajo también en la red. Y que la misma sea otro soporte posible para que la
voz de compañeras y compañeros privados de la libertad pueda traspasar los
muros” y llegar a más y más personas. “La producción colectiva en talleres es
sintetizada, editada y retransmitida por las frecuencias de radios amigas, esto
permite una ida y vuelta con la comunidad, este debate es sumamente productivo
para los fines del proyecto y a su vez una forma de captación de nuevos grupos.
De este modo La Cantora
logró un intercambio con diversos sectores docentes quienes convocan al
colectivo de La Cantora
y conjuntamente trabajan en los talleres con los alumnos sobre temas
específicos: delincuencia, violencia, pobreza, adicciones, entre otras.”
Hijos, hijas
La sgrupación HIJOS Bahía Blanca y Red por la
identidad Bahía Blanca fueron invitados por las organizadoras. “Quisimos estar
para darle continuidad a la difusión, el estado de situación de los Derechos
Humanos en relación con los juicios a los genocidas, la recuperación de nietos,
la actividad judicial que se viene”, reflexionó Alejandra Santucho. “Las
experiencias en las escuelas, las charlas y visitas, las entrevistas e
intercambios fueron muy productivas a lo largo de todo el año. Los adolescentes
fueron atentos al relato que hemos hecho, acompañaron con curiosidad, preguntas
y comentarios, también los directivos, en general, nos dieron el lugar para
conversar con los jóvenes y los docentes. Nuestro objetivo es hacer visible y
poner al alcance de todos construyendo, compartiendo, encontrándonos, con mucha
alegría, también, para incentivar lo que ya se ve que es un progreso, los
chicos cada vez se suman más el Proyecto Jóvenes y Memoria”.
Atrás de los muros
Otra presentación con trabajo de fondo presentaron “Yo no fui”, una
organización social que se proyecta desde lo artístico y productivo con mujeres
después de su paso por las cárceles de Ezeiza. “En ese tránsito entre la vida «dentro»
y «fuera» de los muros de la prisión, hemos generado un proyecto colectivo,
que apoyado en espacios de creación artística y de capacitación en oficios, y
desde una concepción crítica hacia las relaciones de poder y desigualdad
estructural existentes, busca la transformación social y la creación de nuevas
formas de vinculación y construcción solidaria” describen María Medrano y Lucía
Diforte, impulsoras de la tarea. El taller de poesía comenzó en 2002, como un
sitio que generó la reflexión y el conocimiento acerca de la situación de las
mujeres privadas de libertad y se advirtió la necesidad de que el trabajo
realizado dentro de los penales tuviese continuidad afuera, dando apoyo y
acompañamiento en el proceso de inclusión social que cada mujer debe emprender
al recuperar su libertad, con poco o nulo acompañamiento de las políticas
públicas estatales. “El objetivo central de nuestra organización es visibilizar
las necesidades particulares de las mujeres privadas de libertad y sus
familias; promover el respeto por sus derechos humanos; y fortalecer la
constitución de sujetos colectivos que puedan transformar la sociedad en la que
vivimos a partir de su acción-reflexión, de su creación y de su capacidad de
resistencia, así como también propiciar la construcción de un proyecto
colectivo desde una perspectiva liberadora y crítica; generando nuevos espacios
críticos en donde se vayan construyendo estrategias colectivas de
transformación individual y social”. La colaboración está dada en la
democratización de los bienes culturales para la comunidad, permitiendo a las
personas marginadas -por estar privadas de su libertad, en proceso de
prelibertad o por haber pasado por la experiencia de la cárcel- el libre acceso
a la educación y a la producción artística y cultural.
Y la próxima vez
“Empezamos a planear la próxima edición, soñamos con otra feria, siempre
buscamos tener logros y actividades. Este año hicimos invitaciones a autores y
también, muchos escritores se ofrecieron a venir, esas contribuciones son muy
valiosas y suman a la renovación de estos días.” Las letras trajeron nuevos
paisajes: expresivos, ficticios, naturales, sobrenaturales, “con el esfuerzo de
toda la comunidad y los colaboradores”. La variedad de propuestas fue
suculenta, matizadas con un clima humano correspondiente al paisaje, “y los que
estuvimos queremos volver” dijo una visitante. “Creemos en que el futuro es
nuestro por prepotencia de trabajo, escribió Roberto Arlt” y la feria impuesta con trayectoria y dedicación
logró que el lema persista.
Mientras, un libro y un cactus, ambos de bolsillo, hacen un guiño al
finalizar el domingo, el espectáculo se hace vívido como en el poema de Roberta Iannamico:
Tornquist
Martes a la mañana
todo el pueblo está trabajando
el panadero el
mecánico la maestra
todos trabajan
pero no se escucha nada
porque en ese momento
todos trabajan silenciosamente
es un instante especial
las flores trabajan de estar lindas
las hojas aprovechan
el momento de santa quietud
para hacer rondas y corridas
por la calle
libertinas
la hamaca continua
en su eterno yin yan
la plaza es un laberinto
abandonado bajo el sol
en un sector
el lago con patos
patos blancos
y orondos jaspeados.
Esas son las imágenes que dejó la Feria y las que renovará, para
beneficios de los serranos, los bahienses y quienes se acerquen en el próximo
año.
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