Alumnas y alumnos de la Escuela de Artes Visuales están pintando un mural en la
pared exterior de los Museos de Arte Mientras las pinceladas dan forma al
dibujo, los protagonistas hablan con EcoDias.
“Este año decidieron hacer convocatorias desde el Museo a grupos puntuales o
personas que coordinen grupos. Me invitaron por ser profesor de la Escuela de
Artes Visuales, se me ocurrió hacerlo con el grupo de Ilustración, porque el
dibujo está muy presente. Son alumnos de primer año”, describe el profesor y
artista Agustín Rodríguez, orientador del trabajo. “La idea era que hagan un
mural, la materia presenta el tema de la percepción. Había que tener en cuenta
algunas cosas, como era una imagen en la vía pública tratamos de decir al respecto,
no influir tanto en los contenidos sino hacer algunas preguntas para que lo
profundicen, para que no se queden en prejuicio del concepto a trabajar”, explica.
Detrás una docena de jóvenes sube a la escalera, se sienta en el piso, todos
con pinceles y papeles para definir la obra. “Por otro lado, trabajamos con que
tenga cierta ilusión óptica, se retrasó un poco la primera capa que colocamos
falta aún aplicarla. La ilusión se llama anáglifo, funciona de la siguiente
manera: nosotros tenemos tres tipos de sensores de color, rojo, verde y azul y
actúan en cantidades. Azul puro actúa 6%, el rojo 66%, esa ilusión se usa de
una manera muy particular, uno a veces dibuja con celeste y arriba lo hace con
rojo puede tapar parte de lo celeste, pero como el rojo tiene tantos sensores
el celeste se vuelve invisible, entonces lo que queríamos hacer es trabajar una
imagen en la vía pública que pueda tener un mensaje ligeramente escondido, que
sea producto de un trabajo colectivo”.
Superarse
“Una dificultad que tuvimos fue la de generar un trabajo en ilustradores,
gente que por el perfil trabajan solos, no todas las carreras pero es una que
se considera medio solitaria, uno frente al papel. Era un desafío generar una
imagen entre todos. Son más de 20 chicos involucrados en el proyecto”, asegura
el docente.
“En el primer momento hicimos una separación para definir los temas, una vez
que se dieron cuatro o cinco líneas en común, como lo empezamos en el mes de
Octubre y se habla de la diversidad cultural, otros querían hablar del arte en
general como era en un museo, surgió la palabra diversidad y empezamos a
trabajar con un caso mucho más puntual que es el de la violencia de género.
Vinculado con eso, el tema dando vuelta, no sabíamos qué tono darle, qué tan
explícito o no ser por un tema de sensibilidad al manejar el concepto. Los
chicos empezaron a sacar unos bocetos, se sumaban y trabajaban todos. Llegamos
a este dibujo que emula a Tinelli y la muñeca inflable, mujeres que están en
roles totalmente estereotipados y aceptados lamentablemente. Además se agregará
un mensaje de la cultura oriental, que se vea una especie de camino a la
mezquita de maltrato de hombres musulmanes hacia las mujeres totalmente
cubiertas con sus ropas típicas. Una vez generado esto, empezamos a ver las
medidas del lugar, todo lo que fue el fondo fue construido entre todos en forma
de capas. Después dividimos el trabajo, que un grupo haga el alrededor, que
otro defina las figuras”.
La transposición del papel a la obra en pared no es un dato menor a la hora de
las definiciones. “El trabajo en pared como una principal diferencia, uno no
puede encerrarse muchas horas, más si es un lugar que se plantea en términos
colectivos, quizás si fuera individual habría un cambio de herramienta.
Pensamos enseguida en el trabajo en escala. Es un grupo de jóvenes, que no está
consolidado como tal, son chicos que muchos cursan por primera vez juntos y no
funcionan de maravillas. Lo que pensábamos de esta escala que tiene 5 metros de
altura y el cambio al dibujo en A4 al que están acostumbrados, les implica
aprender otras herramientas, y rompe la idea de ilustrador, y eso me gusta
porque uno como docente les tiene que abrir más puertas. Muchos trabajan en
proyectos murales”.
Respecto a los logros del grupo, Rodríguez calificó que “en términos académicos
han logrado componer mejor, que es lo que quiero que logren. Lo que me gusta
del grupo es que está funcionando, no se genera solamente en mi espacio, se
buscan entre ellos durante todo el cursado. Como todavía nos faltaban
contenidos no podíamos organizar para venir en horario de clases, así que ellos
lograron esa autonomía, creo que de la educación tiene que salir educar para
ser autónomos. Cuando arrancó el proyecto estaban esperando que les diga yo, y
tardamos como un mes para que se pongan en un plan autónomo como curso. El
asesoramiento lo sigo dando”.
Experiencial
Mientras el mate corre, las escaleras cambian de artista, de colores y de
pinceles, Juan Manuel Cerioni, uno de los alumnos involucrados cuenta que “lo
que hicimos fue el trabajo pasarlo a la computadora y con un programa que ya te
lo arma en diferentes proporciones, vos la programas en las medidas que lo
querés hacer y te lo tira en diferentes A3 ya armados y esas hojas las calamos
con sacabocados, pegamos todo en la pared, le pasamos un pincel encima y ya
quedó todo como una línea entrecortada. Marcamos y arriba lo procesamos”. Juan
Francisco Franco agrega que “al principio fue una idea simple, todos empezamos
a aportar de a poco. Al principio fue boceto en A4, una especie de collage, de
ahí armamos el mural”.
“Como lo hicimos en el mes de octubre, cercana a la fecha de la diversidad
cultural, pensamos en cómo esa diversidad cultural a veces no existe,
planteamos la no- diversidad, de esa idea partimos para hablar de los cambios y
las desigualdades. Hablamos de machismo, desigualdad económica, cuestiones de
género. De ahí salieron una cantidad de bocetos. Les gustó el que había hecho
yo, presentar cómo se critica a la cultura musulmana por cómo trata a la mujer
que no quita que esté mal pero a la vez tendríamos que pensar cómo somos
nosotros en casa, entonces es medio estúpido quejarse de otros sin hacer nosotros
nada o haciendo lo mismo, una cosificación de la mujer”, dijo Cerioni. “Él usó
una sátira, una parodia sobre Showmatch, Tinelli y todo lo que representa a la
mujer como un estereotipo”, sumó Franco. De acuerdo a los contenidos ofrecidos
en la carrera, el muralismo surgió como técnica y temática en muchas materias.
Además, la Escuela cuenta con un Centro de Estudiantes, “desde ahí hicimos una
conexión con el Museo y nos abrió las puertas para mostrar un montón de cosas,
a la vez para mostrar a la gente que no conoce la Escuela” en referencia a la
muestra realizada el mes pasado en instalaciones del salón de usos múltiples de
la institución municipal.
La experiencia de trabajar en la vía pública trajo muchas anécdotas, “nos que
estábamos pintando y la gente que pasaba nos quería contratar para pintar una
casa”, se rió Cerioni. “Mucha gente se acercó, está bueno. No pasó inadvertido.
Que vean eso, cómo vamos progresando y también para la Escuela y que se vea lo
que se hacen. Es bueno que los chicos que están terminando la secundaria y no
saben qué van a estudiar vean esto. Siempre dibujé y hago lo que me gusta, con
mis tiempos” agregó Franco.
Ambos artistas, aseguraron que el trabajo en grupo es enriquecedor. “Cada vez
me rescato más que para trabajar hay que hacerlo en grupo, la idea de
compartir, quién tiene tal capacidad para hacer tal cosa, siempre el trabajo va
a ser más rico por lo que pone cada uno lo que mejor da y por la experiencia
personal de hacer el trabajo. En ese sentido, para mí trabajar en grupo es más
fácil”.
¿ARTE PÚBLICO?
La idea de utilizar la pared exterior del MAC como un espacio más del museo
surgió a fines de 2007, en una reunión de trabajo entre la directora y el
personal del mismo. Según Javier Maderuelo es un “tipo de arte cuyo destino es
el conjunto de ciudadanos y cuya ubicación es el espacio público abierto que
conforman las calles, plazas y jardines. Esta nueva categoría no es un estilo y
se desarrolla independientemente de las formas, de los materiales y de las escalas
con las que se realice”. La pared exterior del MAC responde a estas
características, en tanto para mirar las obras únicamente se necesita pasar por
la vereda. No sólo permite un acercamiento al arte sin tener que ingresar al
edificio, sino que por tratarse de un museo municipal de entrada libre y
gratuita, constituye una invitación a continuar observando dentro de un espacio
cerrado que también es público. Se muestra una parte del todo que funciona
junto a las salas de exposición.
La pared es considerada una puerta increíble de comunicación para el adentro.
Puede funcionar como prolongación de las salas, como ventana, anticipación de
lo que se encontrará en el museo y como invitación al mismo. Dado que las
muestras son siempre temporales, el carácter efímero se traspasaría también a
la utilización de la pared, en donde las obras duran entre dos o tres meses.
En definitiva, estas intervenciones son arte público mediado
institucionalmente, que puede ser considerado de diferentes maneras: como una
continuación del espacio interior del museo, como una invitación a ingresar,
como una parte más de la ciudad y no tanto de la institución, o como un espacio
para que determinados mensajes, grupos o individuos logren visibilidad.
La pared exterior del MAC funcionaría, entonces, como un enlace entre el
interior y el exterior de los museos, como una continuación, como una sala más.
Sin embargo, la característica especial de estar en un espacio público, la
convierte en soporte de otras manifestaciones propias de un arte que se crea
por fuera de lo institucional.
El hecho de que se hayan realizado distintas intervenciones anónimas sobre las
propuestas por la institución, da cuenta de que el carácter de “público” es
inherente al espacio físico en donde la pared se encuentra: la vereda, el
“afuera”. En este sentido, este lugar funcionaría más como parte de la ciudad
que como parte del museo.
Fuente: Blog www.museosdeartebahiablanca.blogspot.com
Joven arte
Alumnas y alumnos de la Escuela de Artes Visuales están pintando un mural en la
pared exterior de los Museos de Arte Mientras las pinceladas dan forma al
dibujo, los protagonistas hablan con EcoDias.
“Este año decidieron hacer convocatorias desde el Museo a grupos puntuales o
personas que coordinen grupos. Me invitaron por ser profesor de la Escuela de
Artes Visuales, se me ocurrió hacerlo con el grupo de Ilustración, porque el
dibujo está muy presente. Son alumnos de primer año”, describe el profesor y
artista Agustín Rodríguez, orientador del trabajo. “La idea era que hagan un
mural, la materia presenta el tema de la percepción. Había que tener en cuenta
algunas cosas, como era una imagen en la vía pública tratamos de decir al respecto,
no influir tanto en los contenidos sino hacer algunas preguntas para que lo
profundicen, para que no se queden en prejuicio del concepto a trabajar”, explica.
Detrás una docena de jóvenes sube a la escalera, se sienta en el piso, todos
con pinceles y papeles para definir la obra. “Por otro lado, trabajamos con que
tenga cierta ilusión óptica, se retrasó un poco la primera capa que colocamos
falta aún aplicarla. La ilusión se llama anáglifo, funciona de la siguiente
manera: nosotros tenemos tres tipos de sensores de color, rojo, verde y azul y
actúan en cantidades. Azul puro actúa 6%, el rojo 66%, esa ilusión se usa de
una manera muy particular, uno a veces dibuja con celeste y arriba lo hace con
rojo puede tapar parte de lo celeste, pero como el rojo tiene tantos sensores
el celeste se vuelve invisible, entonces lo que queríamos hacer es trabajar una
imagen en la vía pública que pueda tener un mensaje ligeramente escondido, que
sea producto de un trabajo colectivo”.
Superarse
“Una dificultad que tuvimos fue la de generar un trabajo en ilustradores,
gente que por el perfil trabajan solos, no todas las carreras pero es una que
se considera medio solitaria, uno frente al papel. Era un desafío generar una
imagen entre todos. Son más de 20 chicos involucrados en el proyecto”, asegura
el docente.
“En el primer momento hicimos una separación para definir los temas, una vez
que se dieron cuatro o cinco líneas en común, como lo empezamos en el mes de
Octubre y se habla de la diversidad cultural, otros querían hablar del arte en
general como era en un museo, surgió la palabra diversidad y empezamos a
trabajar con un caso mucho más puntual que es el de la violencia de género.
Vinculado con eso, el tema dando vuelta, no sabíamos qué tono darle, qué tan
explícito o no ser por un tema de sensibilidad al manejar el concepto. Los
chicos empezaron a sacar unos bocetos, se sumaban y trabajaban todos. Llegamos
a este dibujo que emula a Tinelli y la muñeca inflable, mujeres que están en
roles totalmente estereotipados y aceptados lamentablemente. Además se agregará
un mensaje de la cultura oriental, que se vea una especie de camino a la
mezquita de maltrato de hombres musulmanes hacia las mujeres totalmente
cubiertas con sus ropas típicas. Una vez generado esto, empezamos a ver las
medidas del lugar, todo lo que fue el fondo fue construido entre todos en forma
de capas. Después dividimos el trabajo, que un grupo haga el alrededor, que
otro defina las figuras”.
La transposición del papel a la obra en pared no es un dato menor a la hora de
las definiciones. “El trabajo en pared como una principal diferencia, uno no
puede encerrarse muchas horas, más si es un lugar que se plantea en términos
colectivos, quizás si fuera individual habría un cambio de herramienta.
Pensamos enseguida en el trabajo en escala. Es un grupo de jóvenes, que no está
consolidado como tal, son chicos que muchos cursan por primera vez juntos y no
funcionan de maravillas. Lo que pensábamos de esta escala que tiene 5 metros de
altura y el cambio al dibujo en A4 al que están acostumbrados, les implica
aprender otras herramientas, y rompe la idea de ilustrador, y eso me gusta
porque uno como docente les tiene que abrir más puertas. Muchos trabajan en
proyectos murales”.
Respecto a los logros del grupo, Rodríguez calificó que “en términos académicos
han logrado componer mejor, que es lo que quiero que logren. Lo que me gusta
del grupo es que está funcionando, no se genera solamente en mi espacio, se
buscan entre ellos durante todo el cursado. Como todavía nos faltaban
contenidos no podíamos organizar para venir en horario de clases, así que ellos
lograron esa autonomía, creo que de la educación tiene que salir educar para
ser autónomos. Cuando arrancó el proyecto estaban esperando que les diga yo, y
tardamos como un mes para que se pongan en un plan autónomo como curso. El
asesoramiento lo sigo dando”.
Experiencial
Mientras el mate corre, las escaleras cambian de artista, de colores y de
pinceles, Juan Manuel Cerioni, uno de los alumnos involucrados cuenta que “lo
que hicimos fue el trabajo pasarlo a la computadora y con un programa que ya te
lo arma en diferentes proporciones, vos la programas en las medidas que lo
querés hacer y te lo tira en diferentes A3 ya armados y esas hojas las calamos
con sacabocados, pegamos todo en la pared, le pasamos un pincel encima y ya
quedó todo como una línea entrecortada. Marcamos y arriba lo procesamos”. Juan
Francisco Franco agrega que “al principio fue una idea simple, todos empezamos
a aportar de a poco. Al principio fue boceto en A4, una especie de collage, de
ahí armamos el mural”.
“Como lo hicimos en el mes de octubre, cercana a la fecha de la diversidad
cultural, pensamos en cómo esa diversidad cultural a veces no existe,
planteamos la no- diversidad, de esa idea partimos para hablar de los cambios y
las desigualdades. Hablamos de machismo, desigualdad económica, cuestiones de
género. De ahí salieron una cantidad de bocetos. Les gustó el que había hecho
yo, presentar cómo se critica a la cultura musulmana por cómo trata a la mujer
que no quita que esté mal pero a la vez tendríamos que pensar cómo somos
nosotros en casa, entonces es medio estúpido quejarse de otros sin hacer nosotros
nada o haciendo lo mismo, una cosificación de la mujer”, dijo Cerioni. “Él usó
una sátira, una parodia sobre Showmatch, Tinelli y todo lo que representa a la
mujer como un estereotipo”, sumó Franco. De acuerdo a los contenidos ofrecidos
en la carrera, el muralismo surgió como técnica y temática en muchas materias.
Además, la Escuela cuenta con un Centro de Estudiantes, “desde ahí hicimos una
conexión con el Museo y nos abrió las puertas para mostrar un montón de cosas,
a la vez para mostrar a la gente que no conoce la Escuela” en referencia a la
muestra realizada el mes pasado en instalaciones del salón de usos múltiples de
la institución municipal.
La experiencia de trabajar en la vía pública trajo muchas anécdotas, “nos que
estábamos pintando y la gente que pasaba nos quería contratar para pintar una
casa”, se rió Cerioni. “Mucha gente se acercó, está bueno. No pasó inadvertido.
Que vean eso, cómo vamos progresando y también para la Escuela y que se vea lo
que se hacen. Es bueno que los chicos que están terminando la secundaria y no
saben qué van a estudiar vean esto. Siempre dibujé y hago lo que me gusta, con
mis tiempos” agregó Franco.
Ambos artistas, aseguraron que el trabajo en grupo es enriquecedor. “Cada vez
me rescato más que para trabajar hay que hacerlo en grupo, la idea de
compartir, quién tiene tal capacidad para hacer tal cosa, siempre el trabajo va
a ser más rico por lo que pone cada uno lo que mejor da y por la experiencia
personal de hacer el trabajo. En ese sentido, para mí trabajar en grupo es más
fácil”.
¿ARTE PÚBLICO?
La idea de utilizar la pared exterior del MAC como un espacio más del museo
surgió a fines de 2007, en una reunión de trabajo entre la directora y el
personal del mismo. Según Javier Maderuelo es un “tipo de arte cuyo destino es
el conjunto de ciudadanos y cuya ubicación es el espacio público abierto que
conforman las calles, plazas y jardines. Esta nueva categoría no es un estilo y
se desarrolla independientemente de las formas, de los materiales y de las escalas
con las que se realice”. La pared exterior del MAC responde a estas
características, en tanto para mirar las obras únicamente se necesita pasar por
la vereda. No sólo permite un acercamiento al arte sin tener que ingresar al
edificio, sino que por tratarse de un museo municipal de entrada libre y
gratuita, constituye una invitación a continuar observando dentro de un espacio
cerrado que también es público. Se muestra una parte del todo que funciona
junto a las salas de exposición.
La pared es considerada una puerta increíble de comunicación para el adentro.
Puede funcionar como prolongación de las salas, como ventana, anticipación de
lo que se encontrará en el museo y como invitación al mismo. Dado que las
muestras son siempre temporales, el carácter efímero se traspasaría también a
la utilización de la pared, en donde las obras duran entre dos o tres meses.
En definitiva, estas intervenciones son arte público mediado
institucionalmente, que puede ser considerado de diferentes maneras: como una
continuación del espacio interior del museo, como una invitación a ingresar,
como una parte más de la ciudad y no tanto de la institución, o como un espacio
para que determinados mensajes, grupos o individuos logren visibilidad.
La pared exterior del MAC funcionaría, entonces, como un enlace entre el
interior y el exterior de los museos, como una continuación, como una sala más.
Sin embargo, la característica especial de estar en un espacio público, la
convierte en soporte de otras manifestaciones propias de un arte que se crea
por fuera de lo institucional.
El hecho de que se hayan realizado distintas intervenciones anónimas sobre las
propuestas por la institución, da cuenta de que el carácter de “público” es
inherente al espacio físico en donde la pared se encuentra: la vereda, el
“afuera”. En este sentido, este lugar funcionaría más como parte de la ciudad
que como parte del museo.
Fuente: Blog www.museosdeartebahiablanca.blogspot.com
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