Siguen
girando por la ciudad historias en voces de narradores locales. Ángela Cañicul,
Renata Ceballos, Silvina Juárez y Mike Pohle visitan escuelas, sociedades de
fomento y bibliotecas para que los bahienses disfruten de autores argentinos.

“Es un proyecto que hace varios años que está dando
vueltas por la ciudad, primero estuvo Elsa Calzetta, pero ahora no le daban los
tiempos, somos varios narradores que estamos en esto, cada uno tiene su
impronta”, cuenta Renata Ceballos, una de las partícipes del proyecto impulsado
por el Instituto Cultural municipal. En cuestiones de contar, Ceballos confiesa
que “recurro a los mínimos elementos posibles, sea narración o historias de
autores argentinos, trato de trabajar lo más despojado posible para darle
importancia sobre todo al texto”.
La narración ha acompañado al hombre desde tiempos inmemoriales, alrededor de
fogatas, de chimeneas. Actualmente, la voz del narrador, ha recuperado ese
vínculo interpersonal e insustituible solo que, ha cambiado ese ámbito por
otros, como escuelas, bibliotecas, teatros, plazas y jardines de infantes.
Durante la narración de un cuento, se desdibuja la realidad y se fusiona con la
fantasía provocando innumerables sensaciones e imágenes irrepetibles en la
imaginación de ese público que, puede ser infantil, juvenil o adulto porque
escuchar una buena historia no es cosa de chicos sino motivo de encuentro entre
los hombres.

Curiosos objetivos
La acción tiende a llevar literatura a las escuelas. Desde las instituciones
escolares, se aborda la narración como una práctica que tiene que ver siempre
con buscar otras cosas, “la literatura se utiliza, no se vincula con el placer.
Entonces, ofrecerles la palabra nada más te miran de forma diferente, porque no
le pedís cosas a cambio. Está esa idea de que a los chicos no les gusta que les
cuente, no, no, sí les gusta y mucho. Con tanto estímulo visual, es curioso que
siga interesando la palabra, se recupera el vínculo de la oralidad, de contar
historias, a veces te llama la atención que venga un chico grande y te pregunte
si eso pasó en serio. Es genial, porque entró en ese juego que tiene que ver
con la ficción. Es fabuloso que ocurra eso”.
Siempre el recibimiento es bueno, “porque lo pide la institución, es una parte
ganada. El desconocimiento viene por el lado de los autores y los títulos, no
sé si será la formación de los docentes o la formación literaria” reflexiona
sobre el desconocimiento.
“Con Mike Pohle, narramos mucho juntos. Recurre mucho a lo lúdico, tiene un
recurso muy mágico que él maneja a la perfección: la voz, tiene una potencia y
por ser actor desde lo histriónico aporta tanto. Es difícil que dos narradores
puedan coincidir, porque generalmente por los estilos, por la selección de los
textos”. Antiguas leyendas, cuentos, costumbres, vivencias, adivinanzas y
dichos son relatados con humor, astucia y picardía.

Personalidades y relatos
Ángela Cañicul participa del proyecto, nació y se crió
en una comunidad mapuche cordillerana propone a las
niñas, niños y jóvenes de jardines y escuelas una charla en la que se
desarrollan diferentes aspectos del pasado y presente mapuche. Silvina
Juárez trabaja sus relatos con kamishibai, el teatro de papel japonés, forman
parte de estas visitas que recrean la magia de la literatura con el misterio de
la voz. Mike Pohle está formado en la Escuela de Narración Oral de Maryta
Berenguer, desde el año 2010 ofrece su actividad para niños de nivel inicial,
primario y secundario como así también para público adulto. Las narraciones, desde el “Había una vez”, nos abre
las puertas de un nuevo mundo: la imaginación.
Actualmente, la escuela debe propiciar y recuperar el valor verdadero de la
palabra y a través de ella y de la selección de buenos textos; el acercamiento
al libro. «Y si nos preguntamos si la literatura sirve para algo es
justamente para liberar al hombre de la dureza de la vida moderna permitiéndole
volar a través de la imaginación y a la vez sumergirlo en los valores naturales
y fundamentales de la cultura a la que pertenece». Gianni Rodari,
escritor, pedagogo y periodista italiano aseguró que «ell uso total de la
palabra es una demostración de bello sonido democrático. No para que todos sean
artistas, sino para que nadie sea esclavo».

Diferencias
“Es una obligación por parte del docente de conocer sobre literatura y del
Estado de proporcionar los materiales” asegura Ceballos. “En las escuelas del
Estado, en mayor o menor medida hay bibliotecas, muchos jardines tienen sus
pequeñas bibliotecas, con sus libros. En el privado no hay biblioteca. Ningún
privado tiene biblioteca o sino tienen libros de hace 70 años. Creer que un
chico que está económicamente bien está más cerca de los libros es un error”.
La narradora asegura que ha concentrado parte de su trabajo de narración en la
Biblioteca Martín Allica, “que trabaja muy bien, a pesar de que está haciendo
su pequeño edificio de a poco y a pulmón, están funcionando en la sociedad de
fomento, tiene un lugar mínimo, arman las cosas y a la noche guardan todo en
esa pequeña aula que tienen. Sin embargo, con esa falta de espacio, con esa
falta de recursos hacen muchísimo”.
“He contado para adultos en varias bibliotecas, los adultos escuchan historias
para chicos, entre comillas, se emocionan mucho, disfrutan mucho. En esos
lugares tenés a los papás, tíos, abuelos, no va a ser siempre un público
infantil exclusivamente. Una vez conté en Garré, que tiene la biblioteca
popular en donde estaba la estación de tren, lo recuperaron todo, está muy
lindo, me contaba la bibliotecaria que la gente extrañaba mucho el tren, lo
añoraban. Me quedé sola con Mike y le dije que había decidido contar para
cerrar La silla de imaginar, es un libro que justamente habla de los sueños,
tiene a Juan Lencina de protagonista, él sueña que el tren vuelve a su pueblo.
La literatura buena infantil solo se diferencia porque es entendida por los
chicos, gente que lagrimeaba, gente que me decía lo que había sentido, las
cosas que pasan a los adultos son realmente asombrosas. Por eso me parece
fundamental que las historias vayan a las escuelas, las bibliotecas, sociedades
de fomento”.
Aún la palabra contada a viva a voz sigue teniendo peso, “es muy importante que
el que cuenta la historia respete el texto, pero cuente desde sus propias
vivencias, si no contás la historia desde vos mismo no te cree nadie. No vas
hacerlo bien. La narración tiene esto de desnudarse mucho, porque salen cosas
que son de uno, cosas lindas, cosas que no lo son tanto y otras que son
horribles. Tiene que ver con la impronta que cada uno le va a poner al cuento,
a esa historia, por más que esa misma historia la cuenten 5 personas, van a ser
5 historias diferentes, porque el interior y la voz de cada uno es diferente”.

SOLICITUDES
Las instituciones interesadas podrán solicitar estas visitas al Instituto
Cultural, Alsina 41 altos. El teléfono de contacto es 4594037 interno 2236 o
2238. Por correo electrónico: [email protected].