Analía Bernardi, integrante de
Ferrowhite Museo Taller, encargada del área educativa explica a EcoDias los
proyectos educativos llevados adelante por la institución. “Estamos
promocionando todos los recursos que venimos desarrollando año tras año”.

“Parar la oreja” y “poner el hombro” son las actitudes propuestas por el museo
municipal para realizar los recorridos. “La idea fue presentar la oferta
general que tenemos a partir de los recursos didácticos que hemos ido fabricando”.
Desafían a alumnos y docentes a convertir el guardapolvo o el uniforme en
mameluco. “Vamos a trabajar con las herramientas y las historias de los
ferroviarios que sostuvieron con su cuerpo el paso del tren. Y a pensar a
través de su experiencia, los grandes procesos que le dan forma a nuestra vida”,
dice la invitación desde la revista La Payró.

Objeto de indagación
“Uno de los proyectos tiene que ver con el Mecano de la Marea, ese juego
constructivo donde intentamos representar el circuito del cereal desde el campo
hasta el puerto, jugando con bidones de plástico que devienen de pronto silos o
sachets de leche que se vuelven vagones o camiones y con las piezas de encastre
armar toda la infraestructura portuaria y pensar tanto en el puerto de Ingeniero
White como el de Shangai, por ejemplo, que es uno de los puertos más grandes de
China, donde muchas veces termina la producción que se exporta desde Ingeniero
White”. Porque en el estuario las mareas vienen y van, para comprender el
movimiento portuario hay que resolver este experimento de construcción de rutas
y muelles en miniatura.
“Otra de las propuestas tiene que ver con la Arqueología de la Marea, esto es a
partir de esa aparente basura que encontramos en la playa del Castillo, se
trata de indagar, hurgar en esa basura y tratar de reconocer que encontramos
ahí. Cambiarle esa palabra basura y empezarla a ver cómo una serie de
materiales que nos hablan de la historia y el presente de la localidad.
Encontramos desde cereal, pells de polietileno, pedacitos de plástico,
espartinas, cangrejos, mezcla que habla de este paisaje construido que se
vincula lo natural, lo histórico, lo cultural” y descubrir cómo los cambios en
la producción fueron modificando tanto el paisaje local como las maneras de
trabajar y de disfrutar el tiempo libre.
¡Prende!, fue el taller que el año pasado originó remeras, delantales y
cartucheras a través de dibujos y sábados dedicados para los más pequeños. “Es
la posibilidad de entrar a la sala que recuperamos del Castillo. Un poco se
ajusta a las necesidades de cada grupo, contamos con sellos, plastilinas,
lápices, fibras, pedacitos de madera. La idea es fabricar boletos para viajes
imaginarios o diseñarle la ropa a los trabajadores del futuro, que usan
determinadas herramientas. O también, ayudarnos a pensar en juegos que podrían
incorporarse al espacio de la Rambla de Arrieta, que estamos construyendo al
lado. El espacio está muy adelantada, “ya está el módulo de la mesa y el banco
ya está listo, las mesadas también y ahora se está trabajando en la
construcción de las parrillas, en breve se va a poder dar por terminada esta
primera fase, tal vez dejar hasta que vuelva el tiempo lindo, porque empieza el
fresco. Va a quedar presentado”. De esta forma, los visitantes ayudan a generar
un nuevo paseo público para el puerto.

Sin perderse de vista
Las visitas escolares están abiertas a jardines de infantes, escuelas primarias
y escuelas secundarias. “El año pasado también tuvimos grupos de PAMI,
universitarios. En cuanto a las edades y tipos de grupo son muy diferentes, hay
espacios de educación no formal que se acercan al Museo. Es un trabajo que se
inició cuando abrió el Museo, siempre se trata de estar vinculando la historia,
el patrimonio que tiene el Museo con la actividad del Museo Taller y también
con el espacio en el que estamos ubicados. No perder de vista eso, son los ejes
que trabajamos en cualquier visita, sea de grandes o de chicos” acotó Bernardi.
El edificio del Castillo impacta, a todos llama la atención, también las instalaciones
del Museo, “los objetos que provienen de espacios verídicos: de talleres, de
estaciones, de almacenes, que fueron realmente y son la colección patrimonial,
sino también un montón de objetos que construimos acá desde las vagonetas de
cartón pintado, las herramientas de cartón y todos los materiales didácticos
que han diseñados y construidos. Es algo que el visitante no se espera pero que
justamente es paradigmático de este lugar, tratamos de inventar estos objetos
no solamente exponer, además estos objetos que se incorporan también se
relacionan con esos objetos viejos, con esa historia ferroportuaria que está
detrás”.

PASEO EDUCATIVO
Las visitas duran entre una hora y media y dos horas, “dependiendo la actividad
que hagamos. Tenemos un sistema de agenda para concertar la visita nos pueden
llamar de lunes a viernes por la mañana, vamos a estar atendiendo tres días a
la semana y también la posibilidad de tener un horario de tarde”. Las
instituciones interesadas pueden agendarse de lunes a viernes de 9 a 13 horas.