Con su
nuevo disco, “Frutilla y Chocolate”, los Serebrios vuelven al ruedo y tocaban
el viernes 23 de noviembre en el Teatro Rossini.
Mientras Goicochea atajaba penales en el mundial de
Italia 90, en algún lugar de Bahía Blanca, Víctor Mansilla y Maximiliano
Carrari comenzaban a darle forma a una banda que con mucho reggae y punk rock
comenzaría a hacer historia en la cultura de nuestra ciudad.
Esa banda se llamó Serebrios y aún sigue vigente aunque durante todo su
recorrido pasaron varios personajes, conciertos y discos grabados. Los cambios
de vida, las influencias musicales, las mudanzas a otros lugares del país y las
edades hicieron que Serebrios vaya mutando en su conformación pero siempre,
durante todos sus años de existencia, logró mantener su estilo y su espíritu.
Hace más de una década se incorporó en bajo Rodrigo Luque y más recientemente
Marcos Marchegiani con lo cual el grupo quedó totalmente consolidado como la
banda que buscaba ser.
En el último tiempo también se subió Maximiliano Allica en saxofón: “Nosotros
lo conocíamos a él de cuando tenia su banda Sucios Tamangos y de sus múltiples
andanzas con Rockas en mi Sangre y bandas de la ciudad que tienen trayectoria. La
onda ya la teníamos del 95 de haber salido en Las Mejores Bandas de Sur
Argentino”. Ese, fue un disco que reunió a bandas de la ciudad y la zona y
entre las que estuvo Serebrios con el famoso tema “El Millón”.
Como cualquier pareja
Víctor y Marcos, voz y guitarra y coros respectivamente, se acercaron a
EcoDias y repasaron un poco la historia de Serebrios que también tuvo sus
parates: “La banda es una pareja que hace que por ahí estés bien y que a veces
estés mal, las mismas discusiones muchas veces por influencias, por falta de
entendimiento y muchas veces por guerra de egos. Hemos tenido periodos de
ausencia de las tablas y después se vuelve otra vez porque donde hubo fuego
cenizas quedan y eso hace que uno después por h o por b vuelva”.
La última interrupción duró dos años y al reencontrarse todo volvió a comenzar
como si jamás hubieran dejado de tocar: “El tema es que cada vez que uno se
encuentra es como si nunca hubiera pasado el tiempo porque los temas siguen
saliendo de la misma manera que salían el último día que dejaste de ensayar.
Entonces esa energía se rescata cada vez que uno se junta, en nuestro caso cada
vez que nos juntábamos era como más energía, es la energía lo que hace todo”.
La llegada de Marcos al grupo, continúa diciendo Víctor, generó esa energía que
tal vez a la banda le estaba haciendo falta: “En una banda todos son pilares y
a veces cuando uno tiene la ausencia de uno de esos pilares es como que
tambalea la máquina. Apareció Marcos y creo que es el que hizo que la máquina
vuelva a estar otra vez con todos los engranajes bien aceitaditos”.
Cucurucho punk
Gracias a todo lo que generó Serebrios es que se llegó a este presente que
los encuentra con nuevo disco que muy pronto saldrá a la venta. El trabajo fue
bautizado “Frutilla y Chocolate”: “Empezamos a trabajar temas nuevos y reciclar
alguno que otro viejo, muy pocos porque lo que más tratamos de hacer es
trabajar temas nuevos que fueron saliendo de la nada. Cuesta es como todo pero
a lo que voy es que fluye, hay veces que parece que costara más. Hay períodos
de creatividad que hay veces que supera todo pero hay otros que no. A pesar de
las influencias musicales que por ahí tenemos cada uno que son totalmente
distintas, creo que se unen y se hermanan en un mismo camino cuando es el
momento de la composición o el momento del trabajo en conjunto”.
Por su parte, Marcos contó que el público se va a encontrar con un disco con un
sonido nuevo y múltiples invitados: “Básicamente hay pilares en la banda pero
yo considero que hay mucho músico que entiende el concepto y se lo puede considerar como parte de la banda así esté un
show y otro no. Los músicos invitados han entendido eso, hablando con uno de
ellos, le llamaba la atención el collage de géneros musicales que había dentro
del disco. La línea es que el tema esté bueno, si está buenísimo listo más allá
del género que sea”.
Es así como en “Frutilla y Chocolate” se puede escuchar un cuarteto, un reggae
con aire reggaeton, un punk tradicional o una cumbia, manteniendo siempre el
espíritu de la banda: “En lo personal más allá de las influencias que puede
tener cada uno, yo puedo decir que hay mucha música de la que tocamos de la que yo no soy consumidor, no la escucho
pero se entender que quizás hay mucha música que uno no la escuche pero la
disfruta al interpretarla. Este Serebrios implica una carga mucho más
artística.
Se acerca más a un show que a un recital el concepto nuevo. Y en el disco
también, en el arte de tapa, el arte de la banda se asemeja más a un concepto
de show, de espectáculo, de todo un sentido conjunto”.
Entre los músicos que participan de la producción figuran Matías Morelli,
músico de orquesta, Miguel Carrosino y hasta Demián “Ciro” Pertusi, actual
líder de Jauría y ex Attaque 77: “Aprovechando también que es una persona que
ha acompañado a Serebrios en otros años y ahora él viviendo acá, nos hemos
encontrado en la vida como uno se encuentra con personas en salas de ensayo, en
lugares. Nos hemos vuelto a encontrar, no fue que fuimos a golpearle la puerta
sino que la energía se dio, apareció y participó de esto con tanta alegría como
si hubiera sido parte también de la creación y eso es muy bueno” señala Víctor
quien, volviendo al disco lo consideró como una especie de popurrí: “El oyente
puede escuchar millones de cosas muy variadas. El disco es como muchísimo más
fresco, por ahí también puede ser la edad de los personajes, por ahí uno va
cambiando…”.
El próximo viernes 23 de noviembre, día que también verá la luz el disco, todo lo descripto se podrá ver y escuchar en
vivo así como también la participación de actores locales. Las puertas del
Teatro Rossini se abrirán a las 20:30 para que un rato más tarde Serebrios
salga a hacer lo que mejor le sale: la fiesta.
Serebrios de todos
“Frutilla y chocolate” es un trabajo hecho totalmente en Bahía Blanca lo
cual demuestra que en nuestra ciudad las cosas se pueden hacer y con calidad.
Al respecto, Marcos destacó: “Lo que veo yo es que hoy en día le podemos
empatar a Capital, no digo que le ganamos pero le podemos empatar. Cuesta
tiempo, es difícil, es tiempo, hay muchas formas de grabar el disco, hay temas
que realmente los hemos terminado de componer en el estudio. El “Laucha”
Iencenella es tan Serebrios como cualquiera de los pilares, lo que pasa es que
a él le toca estar del lado de la consola y yo trabajando con él y conociéndolo
como trabajador del sonido te puedo asegurar que él toca también desde la
consola. Mucha de la producción del disco surge de las charlas con el “Laucha”
que ha hecho arreglos que son cuestiones que nosotros estamos muy abiertos a
escucharlo a él y a cualquiera porque hay muchos arreglos que han surgido
directamente de los invitados”.
Ese empate con Capital Federal también tiene su punto a favor en el material
artístico y humano que hay en nuestra ciudad: “Hay muchos artistas que vienen y
participan del disco y Serebrios tiene esa virtud de que todos están encantados
de venir a tocar lo cual en este disco también se refleja. La masterización
también la hicimos con el “Laucha”, es una decisión no es un conformismo. Más
allá del “Laucha” hay gente que se está
especializando en el tema y realmente no es preciso ir a Buenos Aires. Otra
clara muestra es el disco de Milton Amadeo, son parámetros que paran
culturalmente a la ciudad un escalón más. Ojala se aprecie”.
Como perla final, el disco cuenta con una especie de subdisco. Es decir, cuando
termina la última canción, pasa un breve silencio y comienzan otros temas:
“Hemos logrado conseguir por fin nuestra banda soporte que somos nosotros
mismos. Cuando termina todo el disco, luego de un ratito muy breve aparece el
subdisco de la banda soporte que tiene Serebrios que es Sin Cabeza y Pako
Kamorra que es un títere que sí tiene cabeza y puede hablar y un músico que le
falta la cabeza. Es lo que siempre abordamos que es la comicidad, jugar un poco
con todo eso que está bueno, que la gente está viendo una banda soporte que
hace los temas que Serebrios no va a tocar en la lista y que son tocados a
serrucho o son tocados totalmente distintos”.
La producción del trabajo fue costosa, concluye Marcos, pero el detalle a
destacar es que fue de manera independiente y totalmente autogestionado: “No es
que sale de nuestros bolsillos sino que sale de lo mismo que genera la banda de
por sí”.
Los Serebrios volvieron a la cancha, se los ve entusiasmados, felices y comparten
el festejo a puro frutilla y chocolate.
Serebrios son: Viktor
Mansilla (Voz), Maximiliano Carrari (Batería y coros), Rodrigo Luque (Bajo),
Marcos Marchegiani (Guitarra y coros) y Maximiliano Allica (Saxo).
S
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