Pulsiones alude a los impulsos internos que pugnan por salir. En esa definición encuentra su significado el nombre de esta organización artística, en su deseo de poder exteriorizar los impulsos que fluyen a través del movimiento.

En clima de pandemia, como ya es de público conocimiento, las actividades van acomodándose para responder a los cuidados necesarios. A raíz de ello, durante todo el 2020 se dictaron clases de manera virtual a través de la plataforma Zoom, y ya a comienzos de esta semana tuvieron la primera clase presencial en el patio de la Casa de la Cultura. Desde la Cooperativa de Trabajo Ecomedios, dialogamos con Ruth Ortiz de Rosas, precursora del taller.

La programación de Pulsiones cuenta con dos espacios de grupo estable: por un lado, personas comprometidas con el proyecto artístico que asisten todas las semanas, y otro grupo de clases abiertas. Éste cuenta con el apoyo de la Dirección de Inclusión de Accesibilidad del municipio bahiense, y pueden asistir personas de manera esporádica, es decir, sin tener la responsabilidad con las clases durante todo el año. “Es muy importante como nexo con la comunidad porque además es el espacio donde recibimos visitas, sean del ámbito educativo, de arte y salud, donde van grupos con sus coordinadores y docentes y trabajamos sobre ese enfoque de inclusión”, comentó Ortiz de Rosas.

Actualmente, el grupo estable está integrado por 12 personas y otro número similar ronda el grupo de los que asisten a las clases abiertas.

Una mirada

“Lo inclusivo tiene que ver con una pedagogía que incluye todos los géneros, edades, diferentes experiencias de las personas y diversos cuerpos, poniendo en juego la diversidad, nutriéndose de todas esas diferencias para crear a través del lenguaje de la danza”, aportó.

Entonces, la inclusión es aquello que va más allá de las personas con capacidades diferentes, dando lugar a todas esas singularidades en la danza. No hay una singularidad más importante que otra, sino que todas las personas a las que les nazcan esas ganas de bailar, se pueden acercar al espacio. “El desafío justamente está en las consignas que se puedan dar para que desde ellas puedan ser respuesta por todas las personas sin dejar a ninguna afuera, esa es la importancia del espacio”.

La pandemia ha enseñado a lo largo de todo este tiempo el concepto de adaptación, Ortiz de Rosas se pronunció respecto de que es una situación de aprendizaje continuo.

Formación sostenida

Al comienzo se abocaron a la danza, posteriormente complementaron con un espacio de diálogo, para trabajar la conquista de derechos en relación a la discapacidad, el respeto por la diversidad, uso del lenguaje, al respeto entre las personas, que la formación artística sea alcanzable y accesible para todas las personas y las barreras actitudinales con las que se pueden encontrar en la sociedad.

“Entender que todo lo que muchas veces está fijado como normal es lo que es más esperado por la mayoría de las personas, pero en realidad esa categoría queda eliminada cuando nosotros hablamos de la importancia del respeto por la diversidad”, planteó.

Respecto al sostenimiento de la propuesta en pandemia, afirmó que se logró con la ayuda del grupo y de la universidad, para que pudieran acceder a los dispositivos electrónicos.

Autor: Redacción Ecodías