Personajes oscuros en remeras, en pantalla y en relatos formaron parte de “1000
gritos 2015”, el festival de cine fantástico y terror en su cuarta entrega en
la ciudad de Punta Alta.

Cada mes de agosto está dedicado al cine y la literatura del miedo.
Zombies, muertos vivientes, monstruos, humanos trastocados en antihéroes o
fantasmas recorren el auditorio de la Biblioteca Juan Bautista Alberdi de la
vecina localidad. Los asistentes recorrieron la muestra de los ilustradores
Juan Pablo Sánchez y Mariano Rapetti, apreciable únicamente con lentes 3D,
otros se hacían selfies con las esculturas terroríficas de Fabián Nichea. El
Festival ofreció al caer la noche un repertorio de cortos denominado “Gritos de
España”, material europeo que permite asomarse al “fantaterror”, además, la
exhibición de cortos nacionales y sobre el cierre de las 21 horas, las
proyecciones que competían por premios.

Sala llena
“El festival surgió porque soy realizador, después de viajar a varios
festivales me pregunté por qué no hacer uno en Punta Alta. Soy fanático del
cine de terror, todo lo que filmo también es de terror, si voy a invertir
tiempo y esfuerzo que sea en algo que realmente me gusta. Es un género
especial, a los que les gusta se hacen fanáticos” asegura Matías Sánchez,
director del emprendimiento. “Somos un grupo reducido de personas que lo
organizamos”, entre ellos se cuenta con Analía Obregoso, Melina Morales y Juan
Pablo Sánchez, como productores. En esta entrega brindaron su veredicto en la
premiación Julio Uyúa, José Luis González Martínez y Juan Manuel Nuñez.
“Ya en la primera edición había mucha gente, pero en esta entrega se superó la
capacidad de la sala, algunos quedaron afuera. Además, recibimos muchos más
cortometrajes de toda Argentina, incluso nos escriben de otros países para
saber si pueden participar, o sea que se está haciendo conocido. En Argentina
conocen el festival y forma parte del circuito nacional. Algo importante es que
estamos recibiendo más directores que vienen a ver sus cortometrajes en la
pantalla grande y se quedan todo el fin de semana”, entusiasmó Sánchez. “No sé
si hay un cine de terror propiamente argentino, si puedo decir que está
creciendo a pasos agigantados, cada vez hay más realizadores, más producciones
y de mucha mejor calidad. Hay películas increíbles, que para mí son mejores que
las de Estados Unidos o cualquier otro lugar, porque se hacen mucho amor. Al no
haber tanto presupuesto, la gente le pone todo su corazón y se nota en la
pantalla”.
La convocatoria para participar con un corto se abre unos meses antes, “hay un
período de selección, los filmes van a la competencia por el primero, segundo y
tercer premio elegido por un jurado. Después la gente puede votar de la muestra
nacional y de la competencia su corto favorito. La muestra de España no es
competitiva, es para que la gente pueda ver trabajos de otra parte del mundo.
Generalmente, tenemos festivales invitados como Rojo Sangre, Fest Sab de La
Plata y el Festival de Elche de Alicante, España, que su director es el
programador de nuestra muestra española, es director de cine, empezó
enviándonos cortometrajes para el festival y terminó haciendo un festival en su
ciudad, Elche”.

Especialista
José Luis González Martínez, es periodista y experto en cine de terror de
España, escribe desde los 15 años para revistas especializadas, fue integrante
del Círculo de Escritores Cinematográficos y colaboró en festivales en Madrid,
Siches y Londres. Nació en España y hace 20 años que vive en Argentina,
también, formó parte del jurado de esta Fest 1000 gritos. “El cine de terror
español se diferencia de los demás porque son historias que aunque se
desarrollan en Rumania, Inglaterra, tierras lejanas, son historias muy locales.
Al principio, lo llamativo era la utilización de los escenarios naturales, por
ejemplo una película que está rodada íntegramente en un monte, los interiores
eran cuatro casas abandonadas que había por allí. Se usaba eso en los ´70 y
´80. Ahora casi todos son decorados. En Estados Unidos y Alemania cuando ven esas
películas alucinan”.
Los personajes y las tramas fueron muy variados, “no hay un denominador común,
hay brujas, vampiros. Lo que pasa que no se podía decir que un asesino mataba
en España, por eso se los localizaba afuera, pero las historias se escribían
pensando en lo local, aunque se ambientaran fuera del país. El hombre lobo de
La noche de Walpurgis era asturiano, decían que la historia era de Hungría,
estaba clarísimo que era España” explicó González Martínez. “La época de oro
del cine de terror fue en la época del ´70 al ´75, se hicieron cientos de
películas, eran en general muy buenas teniendo en cuenta el poco dinero con que
se hacían, lo que le faltaba de presupuesto lo hacían a pulmón, con las ganas
que le ponían”.
En cuanto a los caminos que ha tomado el cine de terror español actual, asegura
el especialista que “casi todo es filmado con capital de fuera, con toda la
producción que tienen ahora mismo es difícil que les salga mal. Son muy
correctas, muy bonitas pero que perdieron los ambientes, esas historias que
tenían las películas antiguas. En muchos casos les compraron los derechos a los
americanos y fueron un éxito, pero perdieron el aire localista”.
La lista de películas imperdibles según González Martínez son: “No profanar el
sueño de los muertos” dirigida por Jorge Grau, “La noche de Walpurgis” que dio
origen al cine fantástico español que filmó el director argentino León
Klimovsky, la tetralogía de “Los templarios ciegos”, compuesta por las
películas “El ataque de los muertos sin ojos”, “El buque maldito” y “La noche
de las gaviotas” dirigidas por Amando de Ossorio.
En los dos días de festival desfilaron “fanáticos, curiosos y gente vecina que
aprovechan para venir a ver películas”, que pudieron hacerlo en forma libre y
totalmente gratuita. “Lo hacemos con mucho esfuerzo”, agregó Sánchez, “el
público se da cuenta de eso y colabora. Siempre la biblioteca nos recibió,
estamos super felices que sea la casa del festival”. Además de las
proyecciones, Roberto Monstruo realizó un recital acústico, el escritor
Patricio Chaija presentó su novela “El pueblo de los ritos macabros” y el libro
de cuentos “La oscuridad que cayó sobre Tornquist”, ambos relatos locales y
regionales en un terror que contagia a jóvenes y mayores.
Para la 5° edición “quisiéramos ampliar un día más, poder traer más charlas,
seminarios, aprovechar que está en UPSO (Universidad Provincial del Sudoeste) y
en la UNS (Universidad Nacional del Sur) la carrera Emprendimientos
Audiovisuales para enriquecer la próxima entrega”.