De la Siempre Verde a la Casa del Espía, el taller de Canto es un clásico de Ferrowhite Museo
Taller. Esperanzas en formato canción para todo público.

“Todos
los años cambia el nombre del ciclo, lo tenemos como premisa que no se repita. El
año pasado fue ¿Lo decimos cantando? , y este año es Conozco la canción. Tiene una
connotación muy particular. El año pasado teníamos otra proyección con el taller.
Como ya estamos un poco más maduros, entonces ahora, conocemos la canción”, cuenta
Sarita Cappelletti, la docente. El taller se dicta
en la sede de la Sociedad recreativa- coral La Siempre Verde, en Siches 4048.

Jóvenes y adultos
El proyecto se presentó hace más
de 2 años, el Instituto Cultural lo aprobó. “Hay toda una historia, porque hay un
sonidista que también se compromete a venir, hay un compromiso con quienes participan.
El año pasado se dio algo con una connotación muy específica, que el vecino que
cantaba tenía que presentar la comida o el dulce que era herencia de sus abuelos.
Recuerdo que se hizo una jornada con paté, un vino de San Juan, unas galletas hechas
por la abuela. Cosas que tenían que ver con lo histórico, con la cocina de nuestros
ancestros”.
La jornada se volvió muy atractiva para el público. Por lo tanto, la Casa del Espía
se torna un sitio de invitación y con trayectoria. “Tenemos un coqueteo entre el
SUM y la Casa del Espía, un poquito y un poquito. Un poquito para sentirnos cómodos
y que las familias estén e interactúen, que sería el SUM con el escenario, con un
lugar más amplio y el lugar mágico que es la Casa del Espía, que es nuestra debilidad”.
El origen mismo del proyecto es histórico, los clubes y cantinas fueron una nota
distintiva de la localidad, “los músicos venían de recorrida, recalaban en las cantinas
y hacían serenatas de cantantes”. El taller convoca a más de 49 personas, adultos
y jóvenes que se entrenan en el arte de la música y la puesta en escena. “Llegaron
a ser un poco más, pero hay gente que tuvo otros compromisos, que están siguiendo
otras carreras y se les hacía imposible este horario de los martes de 7.30 a 9.30
de la noche. Este es el horario de los adultos. El horario de los adolescentes es
de 18 a 19.30 hs., con la concurrencia de chicos de Mosconi, Técnica, Villa Delfina, Spurr, Saladero y Boulevard. Los jóvenes
ya debutaron en el ciclo. Una chica que es del Boulevard, Agostina Inzunza, muy resuelta, con una dinámica
arriba del escenario que te sorprende, una nena de 13 años con su guitarra”.

Siempre preparativos
El grupo está afinando repertorio y voces para festejar el centenario del Club
Comercial. “Estamos preparando el centenario del Club Comercial, nos dieron hace
un año el material, con partitura, cassette, es complicado porque no tengo
en el sonido como sonaba en esa época. Estamos preparándonos para la fiesta del
centenario, que tiene que ver con la implicancia de la historia de White”.
Sarita Cappelletti y sus alumnos del taller de Canto
se paran frente a los asistentes dando lo mejor de sí mismos. “Tienen muy claro
lo que pretendo. Yo no quiero talentos, quiero espacios para que se sientan bien,
canten, disfruten, si se da lógico no vamos a coartar una habilidad. Y lo que se
hace en lo cotidiano, el taller en sí a veces parece chiquito, pero en el escenario,
después crece. Entonces, se sueltan, tienen otra dimensión y el aplauso que reciben
los alimenta, creo que sirve como medicina”. La propuesta tiene dos momentos, uno
que se desarrolla en la Siempre Verde, entre partituras, ensayos y prácticas y otro,
en el escenario del Ferrowhite Museo Taller, convocante, abierto
a todo público. El rol de las familias de los cantantes es fundamental a la hora
del escenario, “la familia está incondicional apoyando, siempre, aplaudiendo, vivando,
se levantan. Es muy lindo el clima”.
El taller es un proyecto muy conocido entre los vecinos, “a mí me sorprende, la
televisión ha despabilado eso que estaba enquistado con eso de ´yo no puedo cantar´,
´yo no afino, no tengo oído´. Eso se hereda, el desorejado era apartado del coro,
la profe te decía vos no cantás. Ahora, no existe. En los chicos
de esta generación está muy bien que participen, por qué no cantando y se animan”.
Asegura que la proliferación de bandas, cantantes y espacios musicales está relacionada
con un crecimiento y una visión social distinta de la música. Además, reconoce que
es más que aprender a cantar, “creo que más allá de cantar se ha establecido una
especie de terapia musical porque se han dado resultantes de gentes con algunos
costados anímicos que necesitaban reforzar, han encontrado en el otro esa parte
que tenía un poco débil, se han hecho de una camaradería muy especial, muy emotiva,
compartiendo muchas cosas entre ellos, que yo las percibo y no las sé, las presiento”.