Pasó el 6° gran corso céntrico, desfile
de levitas y fantasías, cantos y comparsas que incluyó corridas en una fiesta
de espuma para chicos y grandes. La fiesta de carnaval seguirá por los barrios
hasta el mes de marzo.

El viernes 5 abrieron los festejos con el Corso a Contramano, animó la Murga
Cucharón en Estomba 2300. La lluvia y algunos incidentes empañaron la jornada,
sin embargo, los feriados celebrados en la Plaza Rivadavia lunes y martes
tuvieron la impronta y el color de muchísima gente que vio los desfiles,
aplaudió y se fotografió sin inconvenientes. Más de 20 murgas y comparsas
brindaron adornados espectáculos de bailes. «Soy nacido en esta murga,
bailando voy por las calles a mí me enseñó este bombo a no perder la
alegría» cantaron sobre el escenario los Rebeldes de Bordeau.

Licencia
«Se encienden los foquitos de colores, la calle se transforma en una
pasarela coronada por un escenario, todo se prepara para celebrar el inicio de
un nuevo tiempo. Llegó febrero, es tiempo de carnaval» anunció el
Instituto Cultural. La ciudad tiene una historia de 20 años de carnaval
murguero. «Vuelve al corazón de la ciudad, la Plaza Rivadavia, para
recibir a todos los barrios en el escenario principal y compartir no solo la felicidad
de esa noche sino el trabajo y la organización comunitaria de todo un
año». Esta fue una decisión de las autoridades municipales. También
aseguraron que el carnaval no es un acontecimiento solo para mirar, el carnaval
se hace en comunidad, a través del tiempo, se hizo de diferentes maneras:
cosiendo un aplique, bordando lentejuelas, preparando un disfraz, armando una
carroza, buscando la rima para la canción, jugando con agua o con espuma,
colgando foquitos de colores en el barrio, organizando una fiesta o
participando de una comisión».
La ciudad evidencia este trabajo comunitario, con el crecimiento de las murgas
barriales, agrupaciones que luchan por la identidad de su lugar de origen como
La Murga de la Abuela, de Punta Alta o Los Portuarios de White, estrenando
trajes este año por primera vez. Sin dudas, el carnaval es el tiempo de las
licencias, de subvertir el orden por eso la vestimenta emula a la clase
aristocrática de la época de la esclavitud, levitas del revés, guantes,
galeras, los apliques solían ser parches, también se pueden lucir tachas, pines
o dibujos, los pantalones adornados con flecos, la opción de la pollera para
las mujeres con polainas o cancanes. Después de la procesión colorida, viene la
música, que se transforma de acompañante en protagonista.
La fiesta de espuma fue la estrella en el anochecer de ambos días. La venta de
espuma se concentró en la plaza y estaba a cargo de las murgas, lo recaudado
según dijeron los organizadores estará destinado a trajes y materiales.

Variedad
El escenario frente al edificio municipal recibió la historia y el
sentimiento de carnaval de cada una de las murgas: “Yo les canto este murgón
desde muy dentro del corazón por encontrarnos una vez más en este cielo de
carnaval”. En algunos casos se entonó una canción crítica, tal como dijeran:
«La murga es esa ilusión que va contra la corriente, y no crean que soy
delincuente, soy murguero», retumbaba en dedicatorias a los pares de la
Villa 1 11 14 y a la local Cucharón. A continuación, los murgueros demostraron
sus dotes en el baile, con la matanza, una ronda llegan los saltos, las
patadas, de origen africano, simbolizan la liberación de las cadenas, con el
subsiguiente desenfreno de libertad. Finalmente, llega la nostalgia de la
despedida, la retirada, el adiós.
El tesoro de carnaval es diverso en construcción de tradiciones, la ciudad
también cuenta con cuerdas de candombe y comparsas. En el recuerdo de los
habitantes todavía perviven las fiestas de Ingeniero White y General Cerri,
otros corsos, de carrozas y disfraces.
Umirá Candombe hizo su paso la primera jornada céntrica, su baile es propio del
folclore rioplatense, con orígenes en las culturas de los negros esclavos que
fueron traídos al Río de la Plata durante la colonización. Los vivaces
tamboriles se desplazaron lentamente incentivando al cuerpo de bailarinas, “la
danza y la percusión van juntas y hace falta romper barreras para poner en la
calle cultura, alegría, amor y valores”, declararon.
Sobre el cierre del segundo día, se presentó la Comparsa Iberá, brindaron un
desfile más colorido en cuanto a la vestimenta, exótico en espaldares y
tocados, de gran belleza y porte también se destacaron los trajes de fantasía,
lujosos y llamativos, como así también los pasos de un baile más frenético y
sensual.
Los focos no se apagan, sino que se trasladan, de un barrio a otro, de una
localidad a otra y permanecerán encendidos hasta la primera quincena de marzo.
Porque Bahía es carnaval más de un mes.

Carnavaleando por todas partes
En Paroissen y Humboldt estará el Corso de la murga Fileteando ilusiones desde
el viernes 19 al domingo 21. Ingeniero White cita a bahienses y locales para el
20 y 21 en la Avenida San Martín, asimismo, lo hace Gral. Daniel Cerri en la
Plaza Morel, repetirá el sábado 27. Desde el viernes 26 hasta el domingo 28 se
festejará el 4° Gran Corso familiar del Barrio Noroeste, con la murga
Portadores de Alegría, la cita es en Brasil y Don Bosco. El 5 de marzo será el
encuentro convocado por los Rebeldes de Bordeau, en Chaco y Paula Albarracín,
durante ese fin de semana la Machimbrera saltará en Brasil y Chaco. Mientras
que el día sábado se hará en Cabildo. Final de carnaval será, tal cual como el
año pasado, en Villa Rosas, los días 11 y 12 en Avenida Arias entre Libertad y
1810.