El taller Prende del Museo Taller Ferrowhite impulsó una huerta comunitaria en sus instalaciones. El plan incluyó a las familias de niñas y niños que participan de la propuesta de los días sábados, el grupo de Nutrición del Centro de Salud Leonor Cappelli de Ingeniero White, el INTA Bahía Blanca y la Red de Productores y Productoras hortícolas del Sauce Chico.

“El proyecto comenzó muy bien, fuimos acompañando a distancia, ayudándonos con la directora del Jardín del Barrio Boulevard Juan B. Justo, quien era el nexo entre con el barrio ya que nosotros no podíamos ir y las familias se encontraban cada una en sus casas. Fueron ellos quienes se encargaron de hacer llegar las semillas a cada una de las casas y acompañar con indicaciones”, contó la coordinadora de la propuesta, Silvia Gattari.

La institución cultural armó un grupo de WhatsApp a través del cual acompañaron las experiencias vecinales. “Lo más interesante fue que nadie tenía demasiado conocimiento sobre el tema de las huertas sino que fue surgiendo con mucha horizontalidad, en los grupos de WhatsApp y en las charlas en donde cada uno compartía sus saberes. Toda la temporada otoño-invierno funcionó muy bien”, añadió.

Al ver que funcionaba de manera formidable y con el deseo de poder presentarlo en el Programa Puntos de Cultura votaron la opción A-prender 40 huertas, haciendo referencia al taller y a la cantidad de familias participantes. La presentación fue exitosa, y reconocieron la labor desde Puntos de Cultura, el apoyo económico permitirá seguir trabajando durante todo el año. Desde el Taller de costura y moldería se confeccionaron bolsas de verdura con el nombre del proyecto y también los cajones de cultivo serán diseñados para que cada familia disfrute de esta tarea.

Puesta en valor

La presentación ante el programa Puntos de Cultura permitió responder a las necesidades de construir un espacio para la huerta, puesto que en muchos casos no contaban con una parcela de tierra. El aporte generado permitió la compra de madera y la posterior construcción de los cajones para el cultivo, también facilitó y agilizó el trabajo de compost. Además, armaron un recetario colectivo: ¿Qué te pasa calabaza?, que logró su impresión y distribución. También, se hicieron de herramientas necesarias, con el fin de prestar a las vecinas y vecinos que necesiten para trabajar su huerta.

El proyecto A-prender 40 huertas involucró a habitantes de Boulevard, Saladero e Ingeniero White con el acompañamiento de una promotora e ingenieras del INTA. Las familias participantes demostraron su alegría en la iniciativa.

Una de las integrantes del Taller Prende, Yesica Peluffo comentó: “No había un conocimiento previo de los talleres que fueron realizando, fuimos conociendo y buscando alternativas todos juntos. En mi caso particular nunca había plantado nada y aprendí muchísimo”.

“Desde el Museo y el Taller Prende tratamos de tener la mirara y el oído atento a distintos intereses que vamos percibiendo, tratamos que siempre la planificación y organización de determinados proyectos no surja desde un lado unilateral sino que salgan a partir de intereses que se van despertando en algunos”, cerró Gattari.

Otro de los proyectos que están llevando a cabo es el invernadero, sirve para enriquecer y fortalecer las huertas familiares con plantines que se cuidan en el lugar, y luego se entregan a las familias, junto con semillas para otra temporada. Esta iniciativa fue posible gracias a Huertas de la Ciudad, proyecto del Municipio de Bahía Blanca del que forman parte vecinos huerteros de los barrios Grünbein, Piñeiro, Latino, 9 de noviembre, Zelarrayán, la Ilusión y el propio Ferrowhite, en articulación con el programa Pro Huerta del INTA y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. “Construir un invernadero busca darle forma a un gesto de abrigo, destinado no sólo a las plantas que cultivamos sino además a las vidas que en este lugar se sostienen a merced de las inclemencias del mundo”, expresaron desde el sitio web oficial del Museo Taller.

Autor: Redacción Ecodías