El 22 de agosto de 1846, fue la fecha en que se utilizó por primera vez la palabra anglosajona ‘Folklore’, en la que ‘Folk’ significa ‘pueblo’ y ‘Lore’, ‘saber’. De la mano de William John Thoms, que buscaba un término que representara todas las manifestaciones tangibles y no tangibles que le pertenecen al pueblo, hoy define a una parte del patrimonio que se transmite de una generación a otra.

‘Anai Ruca’, que en lengua mapuche significa ‘Casa de amigos’, hace cuatro décadas que practica y difunde la danza nacional. “Esta peña tradicionalista fue creada el 12 de mayo de 1984. Si bien comenzó como una actividad recreativa y cultural de lo que sería la Casa del Niño del Centro Comunitario San Roque, ahora no tiene la incidencia directa allí”, explicó la directora, Sonia Agüero.

Con unos sesenta bailarines y bailarinas, tienen una categoría infantil, otra mayor y otra para adultas y adultos. “Viene gente de todos los puntos de la ciudad, hasta de Cerri y Punta Alta. Hay una gran movida de bailarines. Y con la participación en eventos competitivos comenzamos en el año 91 o 92. Hoy por hoy, eso nos sirve porque nos permite medir dónde estamos. Es una competencia con nosotros mismos”, dijo.

Crecer con nuestras raíces

La agrupación, además de las clases semanales, realiza presentaciones en escuelas, eventos cívicos y patrios. “Vamos a todo lugar al que seamos convocados para mostrar lo que trabajamos en cada encuentro. Las competencias hicieron crecer a la peña. Cada vez que hacemos una puesta en escena, tratamos de que supere a la anterior, en calidad interpretativa, los detalles del atuendo, la riqueza coreográfica. Siempre apostamos por un poquito más”, afirmó.

Respecto a la selección de la música: “Trabajamos mucho con lo tradicional, para poder luego llegar a lo que sería la recreación de las danzas folklóricas. Eso es primordial, porque si no simplemente se transforma en una cuestión coreográfica, una rutina, un movimiento sin sentido. Uno busca que entiendan el origen, la ubicación histórico geográfica, en qué lugar del país se bailó y bajo qué circunstancias”, detalló.

En ese sentido, los y las integrantes se sumergen en los movimientos del gato, chacarera, escondido y, a partir de ahí, bailecito, el prado y palito, entre otros. “Es tanta la cantidad de danzas que nunca se agota el repertorio. Uno siempre revaloriza alguna que esté olvidada. Nunca te vas a aburrir porque siempre se aprende algo nuevo. Este año cumplo cincuenta años en la danza”, contó.

Sonia comenzó en el mundo de los bailes tradicionales a los seis años. “Me llevó mi mamá, porque consideraba que se trataba de una actividad interesante para hacer y trabajar sobre nuestra cultura. Desde ese día no paré nunca. En el año 76 mi profesor, Jorge Gestoso, me convocó para integrar el Centro Municipal de Estudios Folklóricos, en el cuerpo de baile infantil, y seguí por juveniles y mayores. En el año 88, me comentó que buscaban alguien que diera clases en el Centro Comunitario San Roque y comenzamos con clases para los chicos de la Casa del Niño. Tuve acercamientos con otras agrupaciones también”, recordó.

En el año 2000 ganaron el Festival de la Sierra. “Era la segunda vez que competíamos. Al año siguiente, me enteré que existía la posibilidad de cursar un profesorado semipresencial, así que estuve cuatro años viajando a Tandil para hacerlo. Luego ingresé como docente en la Escuela de Danza, en la Escuela de Agricultura y Ganadería, y después se incorporaron las escuelas medias. En el 2019 me decidí por iniciar la Licenciatura en la UNA, de donde me recibí el año pasado. Para mí el folklore y la danza son mi vida”, finalizó.

El próximo 30 de agosto, en el Teatro Municipal, Alsina 425, tendrá lugar el espectáculo ’50 años no es nada’, donde celebrará su cincuentenario con la danza, junto a su familia, integrantes de la peña y otros artistas. Para más información, los y las interesadas pueden visitar el Instagram: @anairuca.

Autor: Redacción Ecodías