Cada 21 de septiembre, se conmemora el Día del Fotógrafo y la Fotógrafa en Argentina, por la llegada del daguerrotipo a América Latina. La técnica, creada en 1839 por Louis Daguerre en Francia, cambió la manera de plasmar imágenes en el mundo entero, de la pintura a la fotografía.
El proceso consistía en obtener una imagen en positivo a partir de una placa de cobre recubierta de yoduro de plata. Por este motivo, el daguerrotipo generó gran repercusión, contando entre sus representaciones los retratos de personajes importantes de la historia como Mariquita Sánchez de Thompson, Florencio Varela y el general Tomas Iriarte.
Si bien sus historias inician en puntos diferentes de su vida, y sus intereses encontraron rumbos distintos, las personas interesadas por la fotografía toma la determinación de enfocar su atención en algún aspecto del mundo, para darle un valor agregado a través del arte.
Derribar mitos
A sus catorce años, Magalí Agnello descubrió la fotografía macro -tomada muy de cerca a flores e insectos-, y tomó la cámara compacta que había en su casa, dando inicio a su camino artístico. Un camino en el que encontró un medio de expresión que ama y le genera bienestar.
“La fotografía me ha permitido conectar y conocer a personas que admiro muchísimo, tanto del ámbito de la fotografía como de otras ramas. También me ha enseñado sobre disciplina, sobre inspiración, me llevó a darme cuenta que enseñar me fascina”, contó en comunicación con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios.
En el año 2017, después de varios años de malestar, la artista fue diagnosticada con trastorno bipolar: “A medida que iba aprendiendo sobre el tema, a la par de comenzar el tratamiento, noté que existen una cantidad de mitos muy grandes acerca de este diagnóstico y más cuestiones de salud mental, por lo cual me interesé en empezar a dar charlas y generar contenido en las redes, buscando aportar mi granito de arena en la difusión de información certera y derribar esos tantos mitos. Gracias a la fotografía ya venía acostumbrada a hablar públicamente de temas personales que la gente a veces se guarda, entonces no me costó empezar a hablar abiertamente de mi diagnóstico”, contó.
Así, creó su proyecto fotográfico Síntoma: Una Crónica Fotográfica sobre Trastorno Bipolar, el cual la llevó a mostrar su trabajo en la televisión catalana en una maratón de salud mental, que la producción de un documental estadounidense adquiriera varias de sus fotos para utilizar en el documental Hiding in Plain Sight: Youth Mental Illness, y ser publicada en páginas y revistas internacionales.
Magalí también publicó su libro El Mundo detrás del Telón, y participó en muestras en la Casa de la Cultura, la Biblioteca Rivadavia, el Concejo Deliberante local, el Bahía Blanca Plaza Shopping, entre otros lugares, siempre con un excelente recibimiento y devoluciones positivas.
Su objetivo es seguir dictando clases personalizadas de fotografía, realizar sesiones de fotos, exposiciones, y continuar con las charlas a instituciones. Para conocer más sobre sus trabajos, se pueden visitar sus redes sociales @magaliagnello, @lachicaderojoph y @proyecto.contame.algo.
Registrar lo que brinda el camino
La vida de Oriana Lionela Basualdo inició al mismo tiempo que su contacto con la fotografía, ya que su padre era un fotógrafo amateur que registró de cerca toda su infancia. Pero recién a los quince años, la artista tomó la iniciativa de crear fotos de los momentos familiares y entre amistades. A los 18, sus tíos y abuela le regalaron una cámara digital, y desde entonces no paró.
Con la llegada de su hija Martina hace siete años, decidió dedicarse a la fotografía de eventos, infantil y de familia, para poder manejar sus horarios y tener tiempo libre para disfrutan con la pequeña: “Siempre digo que soy fotógrafa de lo que me brinda el camino, porque así es como yo puedo reflejar cada situación, cada cosa, cada mundo. Todo es diferente”.
Otra de sus grandes pasiones es la danza, la que disfruta siendo bailarina de break dance y contemporánea. Al combinar sus habilidades, hace casi tres años inició su Proyecto Danza: “Siempre que había eventos, funciones o entrenamientos, sacaba registros de lo que estaba pasando. Quería darle voz a la danza en sí. Poder registrar a los bailarines de Bahía Blanca en distintos lugares de la ciudad. En un campito, en el centro”.
“Cada uno con sus características, con su estilo de baile. Que se sientan libres para expresarse, que jueguen y se sientan captados, inmortalizados. Mi objetivo es que la gente sepa que la ciudad tiene un nivel muy alto de bailarines, que hay constante movimiento y crecimiento. Es lo mejor de dos mundos. La danza, que es algo hermoso, y la fotografía, que inmortaliza el momento”, reflexionó.
El Proyecto está abierto a cualquier bailarín o bailarina que quiera participar, a través del contacto 291 4674273, o del Instagram @orianalionelafotografias: “Mientras haya bailarines, y la comunidad se preste a esto, creo que el Proyecto no va a tener una fecha de vencimiento. Cada vez se hace más grande y conocido”.
Conocer a nuestros héroes
En el caso de Mauricio Yesari, su vínculo con la fotografía empezó a sus 18 años, cuando sus padres le regaron una cámara de fotos familiar, compacta. Gracias a su proximidad con el fotógrafo Gustavo Lobos, quien era su vecino y lo guió en sus primeros pasos, se formó profesionalmente. Asimismo, su amistad con su colega Pablo Presti fue el puente necesario para que conociera a quien sería su esposa, y formara su familia.
“La fotografía me cambió la vida”, expresó: “Aparte de ser un arte, es un trabajo muy social, de contacto con la gente”.
Su proyecto 40 de Malvinas fue el primero que encaró como un objetivo personal, luego de presenciar un acto escolar en la escuela San Cayetano, a la que asistía su hijo: “Se hizo un evento para nombrar al salón de actos ‘Héroes de Malvinas’, y fueron alrededor de 25 veteranos. Cuando escuché el Himno cantado muy sentidamente por ellos, me emocioné. Nunca lo había escuchado cantado con tanto fervor, con la mano en el pecho, la vista en alto. Me di cuenta de que conocía a tres, pero no sabía que habían estado en la gesta”.
“La semillita nació ahí, y quise hacer algo con ellos. Lo consulté con un muchacho que era veterano, que iba a mis talleres de fotografías, y él fue al primero que retraté. Fui a la casa, y nos pusimos a charlar. Me sentía privilegiado por hablar con uno de los protagonistas de la historia, con una persona que estuvo ahí. Estar con ellos te cambia la cabeza”, enfatizó.
En el marco de los cuarenta años de Malvinas, en 2022 Yesari decidió presentar el proyecto de muestra fotográfica que reunía a cuarenta veteranos, sus retratos y testimonios, al Concejo Deliberante. Declarada de Interés Municipal, la muestra inauguró un espacio de exhibición en Sarmiento 12, y siguió circulando por lugares como el Museo y Archivo Histórico, el Museo de la UNS, en escuelas, y Bibliotecas.
Su trabajo puede apreciarse en su Instagram personal @mauricioyesarifotografia.
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