«Atelier
botánico» es una obra producida por el trabajo anual del área educativa de
los Museos de Arte de la ciudad. Más de una docena de pequeños artistas crearon
con mucha imaginación y grandes habilidades un bestiario monstruoso.

Un taller que fue calificado por sus
realizadores como «monstruoso y fantástico» quedó reflejado en una
publicación educativa. Sus dieciseis recreadores visitaron el Jardín Botánico
para realizar un listado de plantas, fueron a Punta Alta al Museo Darwin y ahí
mismo se les ocurrió que podrían dibujar monstruos con poliformas. A lo largo
del año, conocieron las instalaciones del Mercado Municipal, se dieron una
vuelta por el Galpón Enciclopédico Bella Vista y compartieron una jornada de
trabajo y recreación con chicas y chicos del taller Prende del Museo
Ferrowhite. También actuaron de locales, invitaron a la gente de Sonoteca Bahía
para descubrir sonidos y crujidos que el Museo hace todos los días, y
observaron con lupa la Bienal que se expuso en su sede.

Yo imagina, vos imaginás
«Pensar en crear un bestiario fantástico se volvió un mundo de preguntas
¿podrían nuestras bestias comer alguna planta de las que nos mostraron?¿podrían
ser nietos de los mamíferos que nos estaban contando?¿serían un híbrido animal
vegetal?¿puede un mostruo inventado tener un árbol genealógico?», cuentan
desde el área educativa. «Esta es una crónica posible de cada uno de
nuestros encuentros».
¿Cómo surge la creatividad en museos que todo el tiempo exhiben las creaciones
de tantos artistas locales, regionales y nacionales? «Para que la
imaginación crezca como las plantas tenemos que nutrirnos con información de
fuentes diversas. Al explorar territorios desconocidos nos adentramos en
nosotros mismos. En el allá trabajamos en torno a obras de artistas,
diseñadores y escritores que a lo largo de la historia crearon sus propias
criaturas híbridas, como El Sireno de Marcos López. Entonces, ¿por qué no darle
forma a nuestros propios monstruos?» Con mitología a mano, imaginación que
nunca falta y la ayuda de unos cuantos cómplices, chicas y chicos dieron
nacimiento a Oso Manzanarius, Trafacabello, Mariposaflor, Florpecamello,
Lagarpul, Tigrecame, Tiervo, Chirta, Ga-llo, Aracalamarcito, Cabecita de
Flores, Balbusar, Cangutigre, Perractus, Sirerrana, Chicaloba, Overpersona,
Pajaleopardo, Cabanejo, Leogat, entre otras especies.
«Nosotros empezamos a imaginar algunas criaturas majestuosas con poderes
increíbles como el hipnotismo, que hacen volar gente con un simple aleteo o cumplir
deseos. Otras tienen particularidades morfológicas inéditas como manchas
triangulares u oído más que absoluto». La creación de un híbrido implica
repasar qué animales conocemos y sumarle todos aquellos que llegaron en las
visitas, especialmente en el Museo Darwin y en Ferrowhite Museo Taller, que
muestran, uno los animales prehistóricos y otro la fauna de la ría que está ahí
nomás, a unos pasos del Castillo whitense. «¿Qué híbrido saldría de la
verdulería con el local de artículos de limpieza?¿Si mezclo lavandina con
pepino me sale un lavanpino, una lavandina de pino o una pepindina?», se
preguntaron los artistas después de conocer el Mercado Municipal.
Con Sonoteca surgieron interrogantes interesantes: «¿el silencio es un
sonido?¿se puede prestar atención con los oídos?¿cuántos sonidos caben en un
segundo?» Fermín, quien integra el proyecto les enseño que con una
grabadora digital, auriculares, trípode y caña, más unos oídos atentos era
posible que el patio de los Museos de Arte se convirtieran en una selva.
«Al instante, todos quisimos escuchar los sonidos del viento, el recorrido
parsimonioso de las ramas a la intemperie, los pájaros, los movimientos raudos
de los obreros de la construcción lindera, nuestros susurros… la realidad se
volvía, como por obra de magia todavía más real».

UN TALLER QUE ES UN MONTRUO
Algunas de las bestias que cobraron vida en la imaginación, se hicieron
visibles en el papel y más tarde se quedaron dando una vuelta en el pequeño
libro. «Perractus es un perro con espinas de cactus, le gusta mucho jugar,
se alimenta de cactus. Él se entretiene persiguiéndose la cola pero como tiene
espinas le duele la boca. Puede tener hasta 5 perractusitos». Otra
creación fue Sirerrana, responde al nombre científico de sirenus ranus,
«se entretiene mucho buscando tesoros, duerme flotando en el agua. Tiene
su piel pegajosa, mide 1,5 metros y vive en el mar. Su lugar preferido en Bahía
es el puerto y no escucha otra música que se propio canto». Chirta fue la
primera en adornarse en el Galpón Enciclopédico, «encontró rápidamente
herramientas para embelesar su cuerpecillo de bizcochuel: palos de amasar de
todas las épocas, cucharas, cacerolas y hasta máquinas de hacer manteca».
Algunos de los animales del bestiario son esquivos, como el caso de Tiervo,
«no le gusta que lo acaricien ni que lo toquen, tiene la nariz pequeña y
los ojos verdes», sí prefiere la selva, y no puede ser doméstico, en
cuanto a gustos musicales le gusta la clásica y el reggaetón. Cabecita de
Flores recibe el apodo de Flor, «es de la familia de los ciervos», su
alimento está constituido por flores rosas, le gusta la canción de la primavera
de María Elena Walsh, si bien vive en el bosque prefiere pasear por el Parque
de Mayo.

¡ESTE AÑO!
Ya se abrió la propuesta educativa del 2017. «¿Sabías que la tierra no es
en todos lados del mismo color?¿Que las aves viajan miles de kilómetros hasta
encontrar un nuevo hogar?¿Que a pie y corriendo los mensajeros realizaban sus
entregas en la antigüedad?» Estas preguntas y muchas más se responderán en
el Atelier Postal. El taller está destinado a niñas y niños entre 6 y 12 años.
Todavía estás a tiempo de inscribirte y compartir sábado por medio de una
experiencia de saber y entretenimiento. Las consultas se hacen Sarmiento 450,
de martes a viernes de 14 a 20 horas o en areaeducativamuseosdearte@gmail.com.