Pasó la 6° edición de Arte Sustentable. Con
elevada participación infantil, películas y talleres quedan muchos aprendizajes
y formas de replicar un mundo mejor.
“Estuvo genial porque tuvimos mucha participación de escuelas, la mayoría de
las obras eran de niños, mucha emoción de saber que la gente entendió la
consigna que habíamos dado que era hablar sobre el cambio climático. Se logró
que las obras dialogaran entre sí, hubo mucha presencia de agua, el agua es lo
que vemos en las noticias, las inundaciones, es lo que la gente ve que es el
cambio climático. Y esto lo pudo poner en las obras” aportó Diana Isabel
Hernández, integrante de la organización del evento.
Mirada vip
Este año el salón abordó
el eje temático del Cambio Climático: ¿Cómo se hace visible esa realidad? ¿En
qué nos afecta como sociedad? ¿Qué acciones podemos generar desde el arte para ayudar a tomar conciencia sobre este hecho? Las
respuestas se resolvieron mediante un hacer vital como es el arte como recurso
expresivo. Las piezas artísticas fueron hechas con materiales reciclados,
reutilizados o simplemente que sean respetuosos con el planeta en sus procesos
de producción. En total se presentaron 80 obras, la mitad de artistas
adultos y la otra mitad de pequeños y emergentes niños artistas.
Uno de los grandes avances del salón lo representó el asesoramiento realizado
por los artistas que conformaron el jurado. Se ofreció un taller orientador
para los posibles participantes con obras, en el mismo se reflexionó sobre el
proceso creativo, los materiales e ideas que impulsan su hechura. “¿Cómo relacionar el eje
temático con la obra? ¿Qué materiales se pueden usar? ¿Cómo hacer Arte
Sustentable?” fueron los interrogantes planteados en la primera jornada de
reflexión. Se compartieron puntos de vista que sirvieron como herramientas
conceptuales para aplicar en el proceso de obra. “Partiendo de la analogía
cuerpo – planeta tierra, encontramos que el concepto de cambio climático
vendría a ser un síntoma que evidencia una enfermedad: las transformaciones
rápidas y profundas hechas por el ser humano en un lapso de tiempo muy corto,
en comparación a otros cambios que había estado teniendo la tierra en períodos
de tiempo más largos: la llamada era antropogénica” aseguraron. Desde la
postura de mirar alrededor, el cambio climático no es un concepto global sino
que se deja ver en el día a día, en lo cercano. Se realizaron exploraciones de
materiales desde lo sensorial y desde lo visual, se sugirieron reutilizaciones
de podas, uso de materiales hogareños ya adquiridos. Belén Martelli, Lilí
García y Viktor Chungo conforman el jurado de selección en esta sexta edición.
Cumplidos
“Pudimos hacer muchas visitas guiadas, algunas de ellas fueron después que
ya teníamos los ganadores, tuvimos la oportunidad de invitar a los ganadores a
que hablaran con las personas de sus obras” contó Hernández. “Tuvimos un montón
de actividades porque este año nos dieron la Casa (de la Cultura) un poco más
para nosotros, todo el día había actividad, algún taller, proyección de
películas, eso dio la oportunidad de que se pudieran encontrar todos los que
están interesados en el tema”.
Se narraron cuentos de temática ecológica, “y los niños hacían una obra. Por ejemplo hubo uno
que fue muy lindo, con los Guardianes del Estuario, ellos tienen un taller
preparado para los chicos que van al estuario, lo trajeron a la Casa por medio
de sonidos, imágenes, los llevaron del estuario a la Casa de la Cultura. Eso
estuvo genial porque los niños al final hicieron las aves con material de
descarte, trabajaron ahí mismo, se sacaron fotos con las alas grandes, les
contaron un cuento precioso sobre el estuario. Muchos niños ni siquiera sabían
que eso estaba tan cerquita”.
Los talleres de compostaje, veganismo, crochet con bolsas estuvieron muy
concurridos, el último de ellos fue tomado por artesanos quienes adquirieron
una nueva técnica de trabajo. “Hubo una charla sobre el método Montessori,
nunca en la Casa de la Cultura había habido tanta gente para una charla, se
llenó”. Este taller planteó el tema de la educación, “sobre cómo estamos
educando, para qué niños estamos educando: consumidores o seres humanos, te
hace reflexionar sobre los niños que están viniendo. Niños que consumen,
consumen y consumen y no reflexionan y tiran y tiran, y compran y tiran. O unos
niños que saben que se puede reciclar, que saben que no es necesario comprar tantas
cosas”.
Además, se presentó “un libro que está hecho totalmente artesanal, es una obra
de arte en su confección, hicieron 100 ejemplares y son únicos cada uno de
ellos”. Otra versión de lo que significa lo singular del arte. Este año se
incorporó el cine, “las películas son una selección del Festival Internacional
de Cine Ambiental (FINCA) que se hace en Buenos Aires cada dos años, elegimos
las que tuvieran que ver con el cambio climático”.
Conclusiones
El entusiasmo de los más pequeños quedó en el ambiente. Si le propones a un
niño una actividad y está interesado y trabaja. Ellos llevan a los adultos a
estos espacios, los niños tenían todo el interés y los adultos no tanto, están
ahí y los acompañan. Los niños entendían mucho mejor las obras que los adultos,
porque ellos descubren unas cosas increíbles. Siempre, siempre hay que estar
atentos a ellos porque son los que nos muestran la realidad”. Todos los niños
participaron, todos se llevaron bolsas- donación de la cooperativa TRAPEA- con
una libreta de material de descarte, recortes de papeles para que hagan
collages y libros donados por el Instituto Cultural.
Según Hernández, los aprendizajes fueron muchos, algunos llegaron sobre la
marcha, “cuestiones de horarios y de tiempos, de ponerse de acuerdo. Cada año
vamos afinando y pienso que el próximo va a ser mucho mejor”. Otros constituyen
desafíos para la próxima entrega. “Uno de los aprendizajes que quedó es
involucrar muchísimo más a la Escuela de Artistas Visuales de Bahía Blanca, que
sean los estudiantes que están estudiando para artistas plásticos los que curen
la muestra, involucrar también en el jurado. Participaron muchísimo más,
involucrarnos en el hacer del salón. Esta muestra no se parece mucho a una
muestra de arte convencional pero también necesitamos de esas herramientas para
que quede como una muestra de arte. Queremos rehacer las bases, organizar muy
bien todo”.
Más de una semana dedicada al medio ambiente y el arte que devendrá en una
próxima edición. “Siento que ahora no es solamente un concurso de arte que
termina en una muestra si no que es un evento para encontrarse, dejó de ser una
muestra, un salón de arte para ser un encuentro” reflexionó Hernández. “Ver las obras de estas
artistas y escucharlas hablar de su experiencia nos hace pensar que el arte
sustentable no es simplemente la creación de un objeto, útil o no, con material
reciclado o reusado, sino darle un sentido a ese uso o re-uso para que exprese
un concepto tan potente que pueda permanecer como obra más allá de una muestra
o exposición” dijeron sus organizadoras.
COMPOSTAJE URBANO
¿Sabías
que con un acto bien simple y pequeño puede hacer una gran diferencia? ¡En
nuestras manos tenemos una herramienta muy poderosa para ello! En la búsqueda
de una vida saludable y cuidar el planeta muchas veces tendemos a dejarnos
tapar por la inmensa sombra de las cosas que no andan bien, perdiendo de vista
que acciones pequeñas, realizadas con actitud y consciencia, pueden cambiar al
mundo.
Transformar nuestros residuos orgánicos de la cocina, la casa y el jardín
en abono es uno de esos puntos de palanca que nos conectan con ser y hacer el
cambio que queremos ver. Se llama compostaje, y es una de las maneras más
eficientes de convertir basura en recursos aprovechables, devolviéndole a la
tierra un poco de todo eso que nos da, mientras obtenemos un beneficio
reduciendo el volumen de basura y transmitiendo a las generaciones futuras que
hay otra forma de hacer las cosas y que depende de nosotros cuidar esta aldea
común llamada Tierra. No importa si vivís en casa con patio o sin él o en un
departamento, se puede construir una compostera hogareña apta para todo
ambiente en forma sencilla y reutilizable.
BOLSAS PLÁSTICAS
Posibilitar la reutilización de las típicas bolsas plásticas que se otorgan
en los comercios, mediante este material como génesis del trabajo y recurriendo
a explorar los recursos artísticos que ofrecen las diferentes propuestas del
arte textil, se confeccionan de manera única y constructiva, productos de variada
índole y utilidad, con la valiosa posibilidad expresiva que trae consigo. Tres
o cuatro bolsas camisetas, una aguja crochet y una tijerita pueden obrar de
transformadores.
EDUCACIÓN PARA LA PAZ
El método Montessori se caracteriza por proveer un ambiente preparado:
ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en
el desarrollo de los niños. El aula Montessori integra edades agrupadas en períodos
de 3 años, lo que promueve naturalmente la socialización, el respeto y la
solidaridad. El modelo educativo resalta la educación en valores y para la paz.
“La defensa de los derechos de los niños guiados por la convicción de que un
niño plenamente desarrollado se convierte en un individuo comprometido con la
solidaridad, el progreso social y la paz” aseguran sus practicantes.
Fuente: www.fundacionmontessori.org
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