Con treinta creaciones de Juana Chaga, Beatriz Tramontini, Marta Vichich, Valeria Miguel y Gabriela Licarzi, quien coordina el taller Viator al que hace poco tiempo se sumó Mercedes Assone, las repercusiones de la obra colectiva crecen día a día en pos de la difusión de la escritura y la literatura.

La idea de hacer un texto original, en formato braille surgió con el objetivo de llegar a más personas: “Queríamos que todos disfruten de lo que nace en nuestros procesos e integrar a otra comunidad a este taller. Nos ayudaron muchas personas, como la profesora Estefanía Schamberger, que nos enseñó a través del alfabeto, a hacer punto por punto la trascripción de los libros”, comenzó Valeria.

De producción artesanal y con unos veinte ejemplares que circulan en distintas intuiciones tanto de Bahía como de la zona, el proyecto también contó con la ayuda de Alejandra Estaiye, quien les enseñó a hacer un encuadernado japonés; de la ONG Comparlante; y de Ana Sepúlveda y su hija Natalia, que tiene dificultades en la vista. “Ellas nos escribieron las páginas de los libros con una máquina especial y después la transcribieron debajo del braille”, contó Marta.

Aprender en conjunto

El taller surgió en agosto del 2020, por iniciativa de Gabriela. “Fui profesora de la hija de Valeria y me contó que en su adolescencia había ganado concursos de escritura. A esto se sumó otras chicas que me pedían que las sumara a otro taller que tenía. Todo eso me impulsó a darle vida a este espacio. El nombre Viator es muy simbólico, porque se refiere al viajero o viajera, y nosotras elegimos compartir este viaje artístico y de la vida”, expresó.

En palabras de Juana: “En el taller leemos, escribimos y compartimos ideas y creaciones propias que van surgiendo a partir de cada consigna que nos plantea Gabi”. Y, según Beatriz: “Es un espacio de encuentro virtual, muy enriquecedor al que hacemos crecer entre todas, entre las producciones y las reflexiones que surgen. Hace tres años ya que estamos juntas”.

Experiencias

Mercedes ha participado en talleres literarios desde los 18 años. “Son parte de mi vida. Hace diez años que vivo en Villa Iris y tuve que dejarlos. Por eso, este taller me permitió aprender todo lo que sé con respecto a la escritura, sobre géneros y autores. Es un espacio muy valioso para crecer”, valoró.

Por su parte, Beatriz se definió más lectora que escritora. “Pensaba que no podía escribir. A partir de distintas circunstancias que a uno le van pasando en la vida, entendí lo sanador de la escritura. El reflejo interior de cada persona, sale a través de la palabra escrita. Y esto de compartir experiencias de escritura con el grupo es fantástico. Siento que fui creciendo con el tiempo y las compañeras me ayudaron un montón”.

El respeto es uno de los pilares del espacio que también se nutre desde el aporte que cada una realiza, en base a los conocimientos que les han brindado sus profesiones. “Siempre escribí y, a pesar de haber hecho una carrera de Letras, no es lo mismo hacerlo con la dinámica que tiene el taller, y esa posibilidad de abrir perspectivas que a veces no tenemos. Además de aprender, seguimos construyendo la literatura, compartimos, y eso es una genialidad”, finalizó Juana.

CULTURA EN MOVIMIENTO
Hermandad fue seleccionado como proyecto colectivo para participar de la Feria Internacional del Libro de Bahía Blanca, donde realizarán lectura de haikus. Asimismo, algunos tankas escritos por las participantes del taller han sido elegidos en el marco de la convocatoria poética La voz del tiempo, organizada por la editorial PuertaBlanca Ediciones; y el grupo se encuentra trabajando junto a la ONG Comparlante y a Nancy Osorio, en un audiolibro.

Autor: Redacción Ecodías