Título original: Journey to the center of the Earth
Dirección: Eric Brevig
Guión: Michael Weiss, Jennifer Flackett, Mark Levin
Fotografía: Chuck Schuman
Música: Andrew Lockington
Origen: USA, India – 2008
Calificación: Apta para todo público
Intérpretes: Brendan Fraser, Josh Hutcherson, Anita Briem, Giancarlo Caltabiano, Garth Gilker
 
Cuando el francés Jules Verne escribió su novela Viaje al centro de la tierra en 1864, y a pesar de su capacidad de visionario, muy difícilmente habría imaginado que más de un siglo después seguiría despertando curiosidad y recurrentes versiones cinematográficas.
Esta es una remake apenas maquillada de actual, ya que los guionistas decidieron traer a los tres protagonistas principales a nuestra época, pero conservaron el agitado viaje como el autor lo había concebido.
Así conocemos al modesto vulcanólogo Trevor Anderson (Brendan Fraser), cuyos estudios son muy poco considerados y está a punto de perder su trabajo, pero encuentra unas notas cifradas en el ejemplar de Viaje al centro de la tierra de su hermano mayor perdido hace una década en una expedición. Y esas notas lo deciden a arriesgarse para probar las teorías de su hermano y Verne sobre la posibilidad de llegar al núcleo del planeta. El único problema es que debe llevar consigo a su sobrino de trece años (Josh Hutcherson) temporariamente a su cargo, para descolgarse por cavernas ignotas de Islandia, con la sóla ayuda de una muy bella guía local (Anita Briem).
Tales peripecias espeleológicas permitieron desplegar todo el arsenal de efectos especiales y animaciones que se han conseguido en los últimos años y muy especialmente el llamado Real D Cinema. Una particular tecnología que consiste en filmar con dos cámaras en paralelo, captando las imágenes del mismo modo que el ojo humano, garantizando la tan ansiada tridimensionalidad.
Un efecto buscado, ensayado, probado, publicitado desde los años 50, que sólo se aprecia en salas con el equipo adecuado, y sólo disponible en un par de salas de la capital.
Así que la mayoría espectadores han quedado sin la experiencia y a merced de una comedia familiar con muchas escenas de acción vertiginosa, pero demasiado parecidas a las vistas en las aventuras de Indiana Jones. Consolados apenas por la soltura del chico Hutcherson y la “cancha” de Fraser para este tipo de roles -la señorita Briem no terminó de descongelarse-, aunque este personaje se nos confunda con el de La momia, que tiene tercera parte en puerta.
En resumen: muchos efectos, algo de diversión, algo de Verne.