Un jefe en pañales es lo nuevo del
estudio de animación DreamWorks, basado en un exitoso libro de la escritora e
ilustradora Marla Frazee editado en 2010 y centrado en el cambio drástico que provoca
la llegada de un hijo en la vida de una pareja. Aunque el guion agrega un
hermano mayor a la ecuación, desde cuyo punto de vista se cuenta la historia.
Tim era un niño de siete años que tenia todo el amor y la atención de sus
padres hasta que llega su hermanito.
Parece un tierno tirano a fuerza de llantos y risas como cualquier bebé, pero este
resulta ser un alto directivo -de traje, corbata y memorandum- de la empresa que
distribuye los recién nacidos en el mundo que se ha infiltrado en la familia con
la misión secreta de neutralizar el plan de un malvado competidor.
El universal tema de los celos fraternos convertido en una colorida aventura
fantástica con una buena dosis de suspenso, dirigida por Tom McGrath, el realizador
de Madagascar (Eric Darnell, Tom McGrath; 2005) y Megamente
(2010), entre otros éxitos.
Curiosamente, coincide con Cigüeñas (Nicholas Stoller, Doug
Sweetland; 2016) al mostrar la “producción y reparto de bebés” como un negocio
sometido a las altas y las bajas del mercado, aunque buena parte de su humor
absurdo y estética citan a la obra de Jack Jones, uno de los padres de la
animación infantil.
Además de los usuales guiños a títulos cinematográficos y temas musicales,
destacando la utilización del “Blackbird” de The Beatles, como canción de cuna
y leit motiv.
Una propuesta que está en la segunda línea de la animación actual, con algunos
hilos sueltos y minutos de más -ni los niños, ni los adultos necesitan tantos
detalles sobre el pasado del villano- y aun así, capaz de atrapar a los más
pequeños gracias al encanto de los dos hermanitos protagonistas.

Título original: The
Boss Baby
Dirección: Tom McGrath
Guión: Michael McCullers
Música: Steve Mazzaro, Hans Zimmer
Origen: USA – 2017
Calificación: Apta para todo público