Tras dos décadas como renovador y líder indiscutido en
el campo de la animación, el estudio Pixar sigue ofreciendo maravillas visuales,
pero está teniendo dificultades a la hora de crear tramas entrañables.
La mayor parte de sus producciones son secuelas y el balance de los dos
estrenos originales de 2015 no es tan bueno.
Intensamente (Pete Docter, Ronaldo
Del Carmen; 2015) fue sobrevaluada y Un
gran dinosaurio -“El buen dinosaurio” en inglés- muestra una notable baja en
sus estándares narrativos, que explica el cambio de director, los varios guionistas
y las postergaciones en la fecha de lanzamiento.
La historia es contrafáctica y desarrolla una realidad paralela en la que el meteorito
que habría impactado el planeta hace 65 millones de años y extinguido los
dinosaurios sigue de largo, dejando que esos grandes bichos campen a sus anchas
y a los humanos como uno de tantos mamíferos temerosos de ser aplastados o devorados.

El protagonista es Arlo, el hijo más pequeño, miedoso y propenso a los
accidentes de una familia de apatosauros -dinosaurios herbívoros afincados en
lo que hoy es el medio oeste estadounidense-, que cuidan de su granja en una
apartada zona montañosa.
El pobrecito se pierde en medio de una tormenta y tendrá que inventarse algo de
coraje si quiere sobrevivir y volver a casa, aunque conocer a un niño humano
que primero lo enfrenta y luego se vuelve su compañero, le allanará muchos
peligros del camino.
Una aventura más propia de Disney que de Pixar por estar más cerca del melodrama
que del humor y de la supervivencia del más fuerte que de la fantasía.
Sin embargo, el imperativo darwiniano pesa menos que el ambiente -concebido en
términos muy realistas-, que se vuelve un protagonista e influye en la trama,
que termina siendo muy similar al de un western o una jornada en terreno
salvaje como Colmillo Blanco
(Randall Kleiser; 1991), Natty Gann
(Jeremy Kagan; 1985) entre otras.
Lucha contra los elementos -aluviones, tormentas de arena y agua- y la fauna -búfalos,
serpientes gigantes, pterodáctilos temibles- en duelos singulares o grupales,
pero también la colaboración no sólo entre Arlo y su mascota humana- para
despejar dudas de su rol responde al nombre de Spot o Mancha-, sino entre
adversarios. De hecho, una de las escenas más disfrutables se desarrolla
alrededor de un fogón y con un T-Rex contando anécdotas como un viejo cowboy.
Un gran dinosaurio está lejos del
mejor Pixar y la tierna trama de amistad entre especies prometida en los
trailers no es tal, pero funciona como aventura de auto-superación a todo
color.

Título
original: The good
Dinosaur
Dirección: Peter Sohn
Guión: Bob Peterson, Peter Sohn, Erik Benson, Meg
LeFauve, Kelsey Mann
Fotografía:
Nathalie Durand
Música: Jeff & Mychael Danna
Origen: USA –
2015
Calificación: Apta para todo público