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Un cuento chino
Sebastian Borensztein comenzó su carrera en TV en los programas de su padre, Tato Bores, y luego desarrolló proyectos más personales como guionista, productor y director de programa de género policial o thriller.
Categoría: Cine

Sebastian
Borensztein comenzó su carrera en TV en los programas de su padre, Tato Bores, y
luego desarrolló proyectos más personales como guionista, productor y director
de programa de género policial o thriller.
Para su debut cinematográfico pasó a la comedia –La suerte está echada (2005)- logrando mediana repercusión. Su
segundo proyecto fue Sin Memoria
(2010), un thriller rodado en México, con producción “americana” que le impuso
su corte final y le dejó un muy mal sabor de boca.
Finalmente y casi acordando con la frase hecha, este tercer intento de vuelta a
la comedia le ha traído buenas críticas y salas repletas de espectadores.
Un cuento chino tiene dos
protagonistas casi exclusivos: Roberto, un ferretero de barrio, hosco, obsesivo
y coleccionista de noticias absurdas, y Jun, un muchacho chino que llega a
Buenos Aires buscando a su tío y sin hablar castellano.
No se hubieran cruzado nunca de no haber mediado un taxista, que asalta a uno y
lo deja tirado a los pies del otro. Entonces, el ferretero hace el samaritano
-de muy mala gana- y lo lleva a su casa hasta que pueda encontrar al tío, pero
la falta de un idioma en común convierte ese simple propósito en un asunto
mucho más complejo.
Choque de dos mundos, que termina revelando coincidencias esenciales. Un tema bastante
usado en literatura y sobre todo cine –hace unos meses en Italia hizo furor Benvenuti al Sud (Lucia Miniero; 2010) una
remake de la francesa Bienvenidos al
país de la locura
(Dany Boon; 2008) con un planteo similar-, encarado en
tono de comedia, sino negra, de tonos bastante oscuros.
El guión fue muy trabajado -cada pequeño detalle esta puesto por una razón- y
logra que la narración mantenga el ritmo hasta el final y sólo se le pueden objetar
algunos chistes obvios como el de la parrillada de bienvenida.
La factura técnica es muy buena, algo evidente en las escenas que ilustran las anécdotas
raras, verdaderas todas, en especial la que concierne a la Guerra de las Malvinas. Un riesgo
de golpe bajo neutralizado por el momento y la manera exenta de patetismo con
que se la presenta.
Pero lo que supera todo es el nivel interpretativo. “Cuando no”, la actuación impecable
de Ricardo Darin como el ferretero; sorprende la de Ignacio Huang -nativo de
Shangai afincado en Argentina desde su infancia- como Hun, que sin decir una
sola palabra en castellano hace creíble su desconcierto y su tristeza. Más la
excelente Muriel Santa Ana como “la chica del cuento” y otros breves pero
correctos secundarios.
Una buena comedia con más logros que pretensiones, algo que se agradece.

Guión y dirección: Sebastian
Borensztein
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Música: Juan Godoy
Origen: Argentina, España – 2011
Calificación: Apto todo público
Intérpretes: Ricardo Darín, Ignacio
Huang, Muriel Santa Ana, Vivian El Jaber, Iván Romanelli.

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2011-03-28 00:00:00
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