La
cartelera de espectáculos no atrasa, ni hay una fisura en el tiempo, sólo se ha
reestrenado Top Gun.
La misma en la que un jovencísimo Tom Cruise surcaba las calles en moto, mientras
sonaba “Take my breath away” de Berlin.
La misma que comenzaba con esta especie de epígrafe: “El 3 de marzo de 1969, la
Armada de los Estados Unidos creó una escuela de elite para sus mejores pilotos
con el propósito de enseñarles el arte perdido del combate aéreo y asegurar que
el puñado de hombres que se graduaran fueran los mejores pilotos del mundo. Tuvieron
éxito. Hoy, la Armada
la llama Escuela de Armas de Combate, los pilotos la llaman Top Gun”.
La misma en que el voluntarioso protagonista deseaba superar la ausencia de su padre,
conseguir el amor de la chica y probar su coraje en una trama parecida a la de Reto al destino (Taylor Hackford, 1982)
y buena parte de las tramas relativas a la carrera militar.
La misma que la Fuerza Aérea de los EE.UU usó como propaganda, poniendo
puestos para reclutar a la salida de cada proyección.
La misma que sirvió para afirmar las carreras de Tom Cruise, Val Kilmer,
Meg Ryan, Tim Robbins y hoy parece una pieza de memorabilia, porque fuera del despliegue
aéreo estupendamente filmado por el británico Tony Scott -gracias a un grupo de
pilotos veteranos y de la
Fuerza Aérea y de Hollywood-, y su banda sonora
reconociblemente ochentera, no ofrece mucho.
Un reestreno en formato digital con la excusa del 25 aniversario del film, pero
en realidad un negocio que necesita poca inversión y tiene las ganancias relativamente
aseguradas por la nostalgia.
Aunque, si alguno de los nostálgicos se lo pierde casi no
importa, porque hay un proyecto de re-reestreno en 3D para el año que viene y
un posible Top Gun 2 para más
adelante.

Dirección: Tony Scott
Guión: Jim Cash, Jack Epps Jr.
Fotografía: Jeffrey Kimball
Música: Harold Faltermeyer
Origen:
USA – 1986
Intérpretes: Tom Cruisse, Antthony
Edwards, Tom Skerritt, Kelly McGillis