A pesar del intenso frío, el 15 de enero de 2009 el vuelo 1549 salió a horario del
aeropuerto neoyorkino de La Guardia con destino a Charlotte, Carolina del Norte,
pero a poco de despegar varias aves impactaron con la aeronave averiando motores.
El experimentadísimo Capitán Sullemberger sabía que no queda tiempo para volver
o desviarse a otra pista, así que decide arriesgarse y acuatizar en medio del
río Hudson. Una proeza que no sólo consigue, sino que salva la vida de todos lo
que estaban a bordo.
Un argumento cinematográfico poco verosímil, si no estuviera respaldado por los
hechos y no hubieran dado la vuelta al mundo las imágenes de la nave a medio
sumergir, con el pasaje sobre las alas esperando ser rescatado.
Clint Eastwoood evitó reciclar esta vieja noticia desde el subgénero catástrofe
de una secuela de Aeropuerto (George
Seaton; 1970) o El vuelo (Robert
Zemeckis, 2012) o con muchos efectos. Prefirió aferrarse a su clasicismo
narrativo y ha rodado un drama, basado en el libro escrito por Chesley “Sully”
Sullenberger junto al periodista Jeffrey Zaslow cuyo título original “El deber
más alto” adelanta el tema.
Una hora y media de metraje, que comienza unos días después del accidente, con
el protagonista -un Tom Hanks totalmente cano- sufriendo pesadillas mientras la
prensa y la opinión pública lo festejan como un héroe y su compañía aérea le
recrimina haber “arruinado” una nave carísima y lo somete a una investigación
que podría arruinar su carrera.
“He transportado millones de pasajeros en cuarenta años de vuelo y al final me
juzgarán por 208 segundos”, dice el protagonista y la trama se desarrolla
alrededor de ese dilema; yendo y viniendo en flashbacks desde el presente de la
investigación a los recuerdos del protagonista sobre el accidente y de allí a momentos
clave de su vida.
Trama tan centrada en un personaje que necesitaba de un intérprete como Tom
Hanks -en su primera y fructífera colaboración con el director-, capaz de transmitir
la necesaria mezcla de conmoción y temple.
Aunque lo sostienen breves pero lucidos secundarios como el de Aaron Eckhart y
una reproducción tan espectacular como realista de lo sucedido durante el vuelo
y el rescate en el río, que incluye cameos de varios protagonistas como Vincent
Lombardi, el capitán del ferry que desvió su recorrido habitual para ofrecer ayuda.
Un conjunto compacto, que consigue crear una cierta tensión parecida al
suspenso y atrapar hasta el final, entre cuyos créditos pueden verse fotografías
y videos del verdadero Sully, la tripulación y los pasajeros.
Dirección: Clint Eastwood
Guión:
Todd Komarnicki, basado en el libro «Highest Duty» de Chesley
Sullenberger y Jeffrey Zaslow
Música: Christian Jacob, Tierney Sutton Band
Fotografía: Tom Stern
Orígen: USA – 2016
Intérpretes: Tom Hanks, Aaron Eckhart. Laura
Linney
Calificación: Sólo apta para mayores de 16 años
> Directora
Valeria Villagra
> Secretario de redacción
Pablo Bussetti
> Diseño gráfico
Rodrigo Galán
> Redacción
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> Difusión en redes sociales
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> Colaboradores
Claudio Eberhardt
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