Rogue
One: Una historia de Star Wars
La paciencia de los fanáticos fue premiada.
Treinta y nueve años después de que La
guerra de las galaxias (George Lucas; 1977) inaugurara la millonaria saga Stars Wars, este spin off o
desprendimiento revela cómo llegaron los secretísimos planos de la Estrella de
la Muerte a manos de la Princesa Leia.
Con menos presupuesto que las entregas principales -numeradas-, sin estrellas y
el poco notorio Gareth Edwars como director, Rogue One fue producido para mantener las expectativas del público
hasta la llegada del Episodio VIII, pero se convirtió en un inesperado y
sostenido animador de la lenta cartelera estival.
La trama presenta a Jyn Erso, una sobreviviente en los tiempos violentos en que
el Imperio lleva las de ganar y los Rebeldes hacen débiles intentos por
recuperar su libertad.
La chica resiente ser la hija de un científico al servicio de los tiranos, hasta
que su padre se redime y le revela cómo destruir su arma más temible.
Así que sin medir las consecuencias se une a Cassian Andor y otros rebeldes
para robar los planos bajo las narices imperiales.
Después tres cuartos de hora iniciales despistados entre planetas y personajes poco
determinantes, la trama se pone en marcha con la peligrosa misión que da título
al film y de ahí en más, el espectador se involucra en el destino de los
protagonistas y se asombra con los efectos visuales, que dieron merecida fama a
la empresa Industrial Light & Magic
de George Lucas. Hasta la vorágine de la batalla y la escena final, resignificada
por el reciente fallecimiento de Carrie Fischer.
Un relato más crudo e inclinado al género bélico, aunque el personaje del monje
Chirrut -interpretado por Donnie Yen al estilo Zatoichi (Takeshi Kitano; 2003)- aporta el necesario contacto con “La
Fuerza” y la épica fantástica.
Hay que aclarar que las actuaciones son utilitarias, porque el protagonismo
pasa más por la acción que por Felicity Jones -Jyn- o el mexicano Diego Luna -Cassian-
y que el robot K2S0 resulta el personaje más atractivo, por estar concebido con
un impecable motion capture y tener mucho humor en los diálogos.
En suma, un desprendimiento que no obstante las referencias a la saga original en
casi cada secuencia y las apariciones de personajes míticos como Darth Vader -la
voz de James Earl Jones hace una enorme diferencia en las pocas exhibiciones
subtituladas-, puede ser vista con agrado por cualquier recién llegado, sin que
flote el irritante “continuará”.
Título original: Rogue One: A Star Wars Story
Dirección: Gareth Edwards
Guión: Chris Weitz, Tony Gilroy
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Greig
Fraser
Orígen: USA – 2016
Intérpretes: Felicity Jones, Diego Luna, Forest Whitaker, Mads Mikkelsen
Calificación: Sólo apta para mayores de 13 años
> Directora
Valeria Villagra
> Secretario de redacción
Pablo Bussetti
> Diseño gráfico
Rodrigo Galán
> Redacción
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> Difusión en redes sociales
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> Colaboradores
Claudio Eberhardt
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