La fiesta de
cumpleaños terminó, pasaron a buscar a todos los pequeños invitados menos a Matías.
Los padres del festejado lo llevan a su departamento y allí encuentran a la
madre casi inconsciente, ensangrentada en medio de cristales rotos y signos de
lucha.
La ingresan en un hospital y las autoridades intervienen, pero lo que para
ellos es otro caso de violencia doméstica, para la joven Laura y su hijito de
siete años significará un angustioso peregrinaje para ponerse a salvo del
golpeador.
Una historia repetida en la realidad y la ficción, que el director Diego Lerman
-Tan de repente (2002), La mirada invisible (2010)- convierte
en un drama tenso y en un tono cercano al thriller en varias secuencias
determinantes.
El título revela mucho de un film y este está en singular porque a pesar de que
los necesitados de refugio son dos, el protagonista principal es el pequeño.
La cámara se sitúa a su altura la mayor parte del tiempo y lo sigue no como
subjetiva, pero tan cerca como para convertir al espectador en su sombra y
ubicarlo al alcance de su respiración entrecortada por el miedo.
Reflejar el sufrimiento de un niño suele terminar en golpes bajos aún sin
buscarlo y si bien en ocasiones se queda al filo, Lerman y su habitual
coguionista María Meira logran evitarlos
o justificar momentos particularmente duros -como el juego de gato y ratón
posterior a la búsqueda del equipaje- y mostrar sabiamente al villano del relato.
También aciertan al no explicar más de lo necesario -las condiciones en que
viven los protagonistas, las razones de su aislamiento, el pasado- y dejar que
el espectador complete los puntos suspensivos.
Aunque la solidez del guión y la puesta hubieran valido poco sin la sensible
interpretación de Julieta Díaz y la elección del niño Sebastián Molinaro para
dar vida a Matías, que está en la mayor parte de las escenas e impacta en el final
cargado de presagios.
Un drama elocuente sin bajadas de línea y atrapante sin vueltas de tuerca.

Dirección:
Diego Lerman
Guión: María Meira, Diego Lerman
Fotografía: Wojciech
Staron
Música: José Villalobos
Origen: Argentina, Colombia, Francia y Polonia – 2014
Calificación: Sólo apta para mayores de 13 años, con reservas
Intérpretes: Julieta Díaz, Sebastián Molinaro, Marta Lubos