La TV argentina da los primeros pasos hacia su digitalización

El empuje de las nuevas tecnologías es un signo de este tiempo. Quien no esté demasiado convencido, sólo tiene que ir al rincón polvoso de su casa donde se apilan un viejo televisor blanco y negro, una máquina de escribir y un teléfono con disco, entre otras antiguallas.
Últimamente, además de la ubicua telefonía celular, lo que se impone es la digitalización de la imagen.
Hace rato que se usa en fotografía, luego en films caseros, y a pesar de los puristas que se quejan porque aún no logra la misma calidad -el “toque humano” del graneado, el color y la sensación de tridimencionalidad serían mejores-, irá reemplazando a la filmación analógica.
En los noventa también se ha utilizado en emisiones televisivas, siendo Estados Unidos pionero junto con Japón en digitalizar su TV, seguidos por la mayoría de los países europeos.
Hace unos meses, el presidente Kirchner firmó los primeros contratos para hacer lo mismo en el país. Y desde el lunes pasado varias cadenas de cable capitalinos -los canales de aire van a tardar bastante- comenzaron las primeras emisiones.
Los usuarios que quieran beneficiarse con la mejor recepción y los servicios especiales que promete la modalidad, deberán pagar un “plus” y comprar un nuevo decodificador. Pero para ver realmente de qué se trata, habrán de agenciarse un televisor digital, que en los primeros tiempos costará varios miles.
Conclusión: si no se tiene un peso, no hay que preocuparse porque el viejo televisor todavía sirve. Y si se es un tecnomaníaco, habrá que hacer terapia o “ponerse” como la mentada ave palmípeda.