El 23 de abril de 2005 se subía el primer video a YouTube, 19 segundos que cambiaron el consumo audiovisual para siempre, que bajo el título de Me at the Zoo -Yo en el zoológico- mostraba a uno de sus fundadores diciendo un par de frases frente a la jaula de los elefantes.

Había sido lanzado formalmente en febrero de ese mismo año por Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim -ex empleados del sistema de pagos PayPal en California-, como un sitio para hacer citas que no tuvo demasiada repercusión y los llevó a ofrecer el sitio para ver y compartir videos en general, que para su sorpresa creció muy rápidamente.

Lo de la rapidez no es exagerado, ya que en 2006 Google lo adquirió por la “ganga” de 1.650 millones de dólares en acciones, dándole mejor infraestructura y alcance global y convirtiéndolo en líder del mercado de material audiovisual online.

Entre 2007 y 2010 dio un salto arriesgado al comenzar a pagar a los creadores de contenido por su trabajo y crear la figura del youtuber profesional, que se ha convertido en una de los trabajos aspiracionales de muchísimos jóvenes y adolescentes y también ofreció la posibilidad de hacer transmisiones en vivo.

De 2015 a 2020 se consolidó como pilar de la cultura digital y comenzó a diversificarse con nuevos formatos como YouTube Music, aunque simultáneamente debió enfrentar desafíos relacionados con la desinformación -fake news- y la consiguiente necesidad de establecer una moderación de los contenidos.

Mientras que, de 2020 al momento presente, con la pandemia de Covid 19 como infausto catalizador, se volvió un recurso para la educación, el entretenimiento y la comunicación e intentaba contrarrestar la tendencia de los videos breves y la competencia de la plataforma china Tik Tok con sus shorts.

Una trayectoria ascendente de simple vehículo audiovisual a herramienta imprescindible, con un promedio de 2.500 millones de usuarios activos al mes y una variedad infinita de temáticas, que van desde las últimas noticias internacionales al más específico y detallado tutorial, pasando por canales de vlogs donde casi se comparte la vida personal de sus protagonistas.

Sin dejar de lado el aporte argentino en la reciente explosión de los canales de streaming en vivo que atraen a miles de espectadores fieles al modo de la Imagen de radio que alguna vez propuso Juan Alberto Badía en uno de sus ciclos televisivos y ha sido reconocida como una tendencia por YouTube y ya ha comenzado a replicarse en otros países.

Dos décadas cortas, donde esta plataforma se estableció como la manera favorita de consumir video de las generaciones jóvenes, lo que se intensificaría a futuro si la diosa tecnología no dispone nada en contrario.

Por lo pronto, los usuarios que se mantienen en el llano de la gratuidad del sitio del triangulito de play, celebramos su existencia buscando cómo cambiar el cuerito de la canilla que gotea o la nueva receta maravillosa con “solo dos ingredientes”.

Autor: Redacción Ecodías