Título original: Gake no ue no Ponyo
Guión y dirección: Hayao Miyazaki
Fotografía: Atsushi Okui
Música: Joe Hisaishi
Origen: Japón – 2008
Calificación: Apta para todo público

Aunque sea sólo en funciones de fin de semana, la posibilidad de ver en la ciudad una nueva animación del Sensei -maestro- Hayao Miyazaki es una buena noticia.
Un film bastante particular en la filmografía del talentoso director japonés, porque la trama es más sencilla que las habituales y eso la hace perfecta para los más pequeños. También es muy particular su factura, ya que se trata de una animación tradicional que requirió de cientos de miles de dibujos en acuarela y pastel realizados sin la intervención de computadoras -obviamente sí se usaron en la edición-, dando a las imágenes una gran frescura y un cierto aire retro.
El guión también le pertenece a Miyazaki y presenta a Sosuke, un nenito de cinco años que vive -a eso refiere el título original- en una colina junto al mar.
Una mañana baja a la playa con su barquito de juguete y ve un pececito atorado en un frasco. Lo rescata y para su sorpresa descubre a Ponyo, un mágico ser marino con quien no tardará en entablar una amistad indisoluble y que lo ayudará a sortear los obstáculos que se presentarán en su camino de pequeño héroe.
Una combinación equilibrada de elementos orientales y occidentales que caracterizan la mayoría de las tramas del director, y que esta vez remiten al cuento La sirenita del dinamarqués Hans Chirstian Andersen, la mitología escandinava y al animismo propio de la mitología japonesa.
Así se suceden las aventuras de Ponyo y Sosuke, uno de los protagonistas más tiernos y encantadores de Miyazaki, que se inspiró en su propio hijo para crearlo.
Aventuras fantásticas, donde aparecen sirenas, un hechicero malvado, una diosa marina, barcos perdidos, un tsunami y que dejan -sin pontificar- un sutil mensaje ecológico respecto del cuidado del mar, que tiene vida y protagonismo en el desarrollo del relato.
Un maravilloso -usando el calificativo en toda su extensión- y colorido film, accesible para niños de muy corta edad y delicioso para los mayores.