Un recuerdo para el talentosos humorista argentino a cien años de su nacimiento.

En estos tiempos televisivos en que para obtener “un buen número” se hace cualquier cosa delante de las cámaras, hablar de alguien que consiguió 65 puntos de rating con media hora de humor del más inocente parece una quimera, pero José “Pepe” Biondi lo lograba en su programa Viendo a Biondi.
Y no es lo único que parece de cuento, porque vivió una vida azarosa a la que se ajusta perfectamente al tópico del payaso triste.
Nació el 4 de septiembre de 1909 en Barracas, hijo de inmigrantes napolitanos de pocos recursos. Tan pocos que cuando un circo quiso llevarse como aprendiz de acróbata al movedizo Pepe de siete años, accedieron. Pero la enseñanza incluyó castigos físicos tan severos, que le dejaron secuelas físicas y emocionales de las que nunca se repuso totalmente.
Huyó, volvió a su casa y fue “canillita” hasta que, ya adolescente, volvió a trabajar como acróbata y payaso.
A los veintipocos formó el dúo “Dick y Biondi” con el joven ruso Bernardo Zalman Ber Dvorkin, y presentaron su rutina de slapstick y humor en teatros de variedades, cabarets porteños y finalmente en toda América Latina y España.
En 1952 el éxito en escena les abrió la puerta de la televisión mexicana. Pero El show de Dick y Biondi fue una gran oportunidad y el final del dúo después de dos décadas, porque el protagonismo creciente de Biondi disgustaba a su partner.
En 1956 se traslada a Cuba y hace en solitario El show de Pepe Biondi, un suceso televisivo hasta que Biondi vuelve a Argentina en 1960, luego de ser secuestrado a principios de la revolución.
Ya en Buenos Aires protagoniza Viendo a Biondi, que comienza a emitirse en 1961.
Programa semanal en sketchs, en el que interpretaba -secundado por Pepe Díaz Lastra, Carlos Scazziota, Armando Quintana, Nya Quesada, Zulma Grey y otros comediantes- diferentes personajes que se hicieron famosos: Pepe Galleta, Pepe Curdele, Narciso Bello, El gitano Pepe Luis, etc., y pasaron sus muletillas al habla popular.
Un favorito del público familiar durante 10 años, que dio pie a sus dos únicos protagónicos cinematográficos: El desastrólogo (Carlos Rinaldi, 1964) y Patapúfete (Julio Saraceni, 1967).
En 1972, poco después de finalizado el ciclo, Biondi anuncia su retiro y muere en 1975, de una afección renal derivada del maltrato en su niñez.
Hoy se reconoce su enorme comicidad y estilo personal y sigue provocando carcajadas en cada repetición de los viejos tapes blanco y negro en el canal Volver y en You Tube.