Título original: Hereafter
Dirección: Clint Eastwood
Guión: Peter Morgan
Fotografía: Tom Stern
Música: Clint Eastwood
Origen: USA – 2010
Calificación: Sólo apta para mayores de 13 años
Intérpretes: Cécile De France, Matt Damon, Jay Mohr, Lindsay Marshall, Frankie y George McLaren

Marie es una periodista francesa que casi muere ahogada y no puede olvidar lo que vio mientras estuvo inconsciente. Marcus, un niño londinense que no soporta la pérdida de su hermano gemelo en un accidente. Y George, un norteamericano que puede hablar con los muertos, pero se siente maldito por ese don.
Tres seres muy diferentes, marcados por el mismo misterio y destinados a cruzarse.
Esta es la trama -a medio camino entre la metafísica y lo paranormal- de Más allá de la vida, el nuevo film de Clint Eastwood.
Un tema complejo, bastardeado por propios y ajenos y en apariencia alejado de los policiales violentos que supo protagonizar Eastwood hace años y los dramas que lo han convertido en uno de los directores más relevantes de la actualidad.
Los espectadores que teman ver un film parecido a los documentales pseudo esotéricos de ciertos canales de cable -cámara infrarroja en mano tras los pasos de un supuesto médium por un caserón oscuro- pueden quedarse tranquilos, porque el director aborda el guión del británico Peter Morgan con su habitual clasicismo e ironiza sobre “esos profesionales” en varias escenas.
Sólo sigue las historias simultáneas de tres personas que lidian con sus experiencias cercanas a la muerte, hasta el encuentro revelador del final.
Es la promesa de esa revelación la que mantiene una mínima tensión, que permite superar cierta morosidad en la acción. Producto no sólo de los saltos de una línea narrativa a la otra -bien diferenciadas por la ambientación y la fotografía- sino también por contraste entre la primer e impactante secuencia -la irrupción de una ola gigante en una ciudad costera- y el intimismo posterior.
Tampoco es parejo el nivel de las actuaciones, ya que ni Cécile De France ni Matt Damon logran transmitir demasiado y son claramente superados por “el sector británico” de los gemelos McLaren y Lindsay Marshall.
En Más allá de la vida Eastwood dista de lograr la profundidad trágica de Bird (1988) o Río Místico (2003), pero aún así, consigue un muy buen film.