Blanco y negro y títulos principales al estilo de los años 40 y cada secuencia introducida con las típicas acotaciones de un guion, acompañadas por el inconfundible tecleo de una vieja máquina de escribir son algunos de los elementos estructurales y estéticos que complementan y anuncian una trama de “cine dentro del cine”, de hecho el momento decisivo de la carrera del guionista Herman “Mank” Mankiewicz.
Todo comienza con la llegada del protagonista -Gary Oldman- a un rancho polvoriento a 100 km de Los Ángeles, se supone que sólo va recuperarse de la fractura en uno de sus fémures pero en realidad es donde Orson Welles -excelente Tom Burke- va a intentar mantenerlo lejos del alcohol y las miradas indiscretas mientras escribe para él.
El secretismo se debe a que se trata nada menos que del guión de la biografía no autorizada del magnate William Randolph Hearst, que desde su estreno en 1941 se conoce como Ciudadano Kane y se mantiene entre los largometrajes mejores y más influyentes de la historia del cine hasta nuestros días.
Drama irónico, que se desarrolla en los noventa días de escritura forzada de Mank y en los recuerdos de sus años previos en Hollywood, donde desfilan colegas, directores -su hermano Joseph entre ellos-, productores y estrellas de la época dorada de la Industria y en particular su amistad con la actriz Marion Davies -Amanda Seyfried-, amante de Hearst -Charles Dance-, quien lo introdujo en su opulento círculo casi a modo de bufón.
Un banquete que David Fincher sirve para Oldman, que se deleita dando vida a ese hombre ingenioso, autodestructivo y cínico, que trata de conservar algo de dignidad, aunque sabe que en el sistema de estudios los escritores son invisibles.
Invisibilidad real, ya que por décadas se tuvo a Mankiewicz como poco más que el ayudante experimentado que acompañó al jovencísimo y genial Welles en su debut cinematográfico, algo que el director nunca desmintió.
Hasta que en 1971 la crítica estadounidense Pauline Kael puso las cosas en su lugar y le adjudicó la mayor parte del crédito en su ensayo Raising Kane, uno de los textos que Jack Fincher -recientemente fallecido y padre del director- debió usar en la escritura del guión, lo que pone mucho de personal al conjunto.
Indudablemente Mank es uno de los mejores estrenos de este 2020 en el que hubo pocos para rescatar, con impecable ambientación y tratamiento visual e interpretaciones acertadas de un elenco consistente.
Todo al servicio de una sabrosa anécdota cinéfila en primer plano y como fondo los trapicheos económicos y políticos de una industria capaz de influir en la opinión pública, donde los poderosos intentaron y siguen intentando meter sus cucharas.
Ficha técnica
Dirección: David Fincher. Guión: Jack Fincher. Fotografía: Erik Messerschmidt Música: Trent Reznor, Atticus Ross. Intérpretes: Gary Oldman, Amanda Seyfried, Lilly Collins, Tom Burke, Tom Pelphrey. Origen: USA; 2020.
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