“¡Más datos!” pedía el
robot de Cortocircuito (John Badham;
1986) mientras memorizaba enciclopedias en pocos segundos. Los humanos -a pesar
del optimismo de la neurociencia- accedemos a esa potencia intelectual sólo en fantasías,
que cada tanto terminan en relatos y guiones de ciencia ficción.
Luc Besson hizo lo propio y centró su argumento -trama es demasiado decir- en otra
de las heroínas fuertes que tanto le gustan, a medio camino de la contemporánea
Nikita (1990) y la futurista de El quinto elemento (1997).
Mientras estudia en Taipéi, Lucy -Scarlett Johanson volviendo a
demostrar que puede ser heroína de acción– tropieza
con unos narcos que la obligan a contrabandear en su propio cuerpo, una enorme
bolsa de droga sintética para incrementar la actividad cerebral.
La cosa empeora, porque recibe una sobredosis, pero decide usar su flamante
súper mente y dominio corporal para vengarse de sus captores.
Efectos especiales, Morgan Freeman como el eficiente y amable Dr. Norman,
docenas de matones vestidos de negro y armados hasta los dientes, inserts, grafismos
y un final cósmico entre arreglos corales, que intenta abarcar TODA la historia
del universo, desde las calles atiborradas del Paris actual hasta el mismísimo Big
Bang ida y vuelta.
Una desmesura que distrae de los cabos sueltos de un guión -Ej.: ¿qué caramba hace
Lucy en la República China?- que los críticos franceses calificarían como “pochade”
o en borrador.
Pero Besson no destaca como director o guionista, sino
como productor. Uno que trata de acceder a la parte del león que suele llevarse
la industria “americana”, rodando films comerciales de acción como las secuelas
de El transportador (Corey Yuen;
2002) o Búsqueda implacable (Pierre
Morel; 2008), entre otros muchos proyectos. En su mayoría en inglés, con
estrellas y elencos de diferentes partes del mundo y presupuestos más acotados
que los de Hollywood.
Lucy en particular, costó 40
millones de dólares recuperados sobradamente, se apoya en el carisma de la Johanson
para hacer creíble su paso de victima a chica súper poderosa en menos de 90
minutos y aunque sobran los lugares comunes filosóficos mantiene el
interés hasta el final.

Dirección y guión: Luc Besson
Fotografía: Thierry Arbogast
Música: Eric Serra
Origen: Francia – 2014
Calificación: Sólo apta para mayores de 16 años
Intérpretes: Scarlett Johanson, Morgan Freeman, Amr Waked