El poderoso Bartholomew Bogue explota tanto la mina de Rose Creek como a sus habitantes
y cuando uno de ellos se opone al maltrato es asesinado por sus esbirros, pero
su joven viuda sale a buscar quien libere al pueblo y la ayude a tomar
venganza.
Para su suerte o desgracia se cruza con el cazador de recompensas Sam Chisolm,
que tiene sus propias cuentas pendientes con el déspota y recluta a otros “habilidosos”
en el arte de matar: un tahúr, un veterano de la Guerra de Secesión y su
asistente oriental, un mexicano con pocas pulgas, un trampero y un guerrero
comanche.
Grupo variopinto e insuficiente para enfrentar lo que se viene, porque Bogue no
soltará lo que cree que es suyo sin gastar mucha pólvora.
Segunda versión cinematográfica en clave de western del clásico Los siete samuráis (1954) de Akira
Kurosawa.
Ni el director estadounidense Antoine Fuqua -que tiene bastante experiencia en
acción pero debuta en el género del oeste-, ni sus guionistas se alejaron mucho
de Los siete magníficos (1960) de
John Sturges y si se jugara al juego de las diferencias, se vería que salvo intercambiar
el nombre o la raza de ciertos personajes -en un dechado de corrección política-
y la espectacularidad de algunas explosiones no hay demasiadas.
De hecho, a la causa usual para una remake o reversión es sacar más jugo a un
argumento probado esta sólo agrega la de presumir elenco.
Denzel Washington -otro debut en el género- y Ethan Hawke, que ya habían protagonizado
juntos Día de entrenamiento (2001), el
trabajo más notorio del director.
Chris Pratt en su -todavía ganadora- mezcla de galanura y humor; Vincent
D`Onofrio, enorme en talla y capacidad actoral y nombres menos conocidos al menos
en occidente porque Byung -hun Lee -como Billy Rocks- es una figura en su corea
natal.
Grupo que consigue bastante química, no obstante interpretar tipos sin
profundidad en vez de personajes y que el desarrollo sea un trámite lleno de
lugares comunes -las predecesoras habían innovado al convertir a los usuales
villanos en héroes-, que conduce a los 25 vibrantes minutos finales a sangre y
fuego.
Le falta magnificencia, pero entretiene y con tanto film lleno de CGI resulta
hasta refrescante, aunque a futuro sólo se la recuerde por tener la última
partitura original del recientemente fallecido compositor James Horner.

Título original: The Magnificen Seven
Guión: Nic Pizzolatto, Antoine Fuqua
Música: Simon Franglen, James Horner
Fotografía: Mauro Fiore
Orígen: USA – 2016
Intérpretes: Chris Pratt, Denzel Washington, Ethan Hawke, Vincent D`Onofrio.
Calificación: Sólo apta para mayores de 13 años