Un breve repaso a la historia de los cortos animados de Pixar.

Los aficionados al cine de animación de cualquier edad saben -y esperan- que antes de cada film de Pixar se exhibe un cortometraje -que se incluye en los extras de las ediciones en DVD-.
Una yapa -hermosa palabra quechua que significa “agregado” y que define una bonita costumbre casi perdida-, que propició la fundación de los famosos estudios.
En 1979 Lucasfilm tenía una pequeña división que desarrollaba hardware y software para realizar gráficos computarizados, y mostraba sus productos con algunas imágenes atractivas y abstractas. Para hacerlas más atractivas contrataron al animador John Lasseter, que comenzó a agregarles personajes y argumento. Y en 1984 estrenaron Las Aventuras de André y Wally B., formalmente el primer corto animado por computadoras, que duraba escasos dos minutos.
En 1996, siempre con Lasseter al frente, lanzaron Luxo Jr. que se transformaría en el logo de la empresa: una lámpara de escritorio con sentimientos y reacciones humanas.
Pero fue en 1988 -en 1987 realizaron El sueño de Red una especie de mini film noir sobre un monociclo solitario- con Tin Toy, cuando consiguieron el primer Oscar para una animación digital, un contrato para rodar un largometraje e independencia como productora de animación.
Con ese primer largo –Toy Story (John Lasseter, 1995)- llegaron la fama mundial y millones de dólares, pero nunca dejaron de hacer cortos. Porque son la marca registrada del estudio y la plataforma de lanzamiento para nuevos directores y estéticas.
La lista completa incluye a Knick Knack (1989); El juego de Geri (1997), una historia casi surrealista; For the birds (2000); El auto nuevo de Mike (2002), con los protagonistas de Monsters Inc.; Boundin` (2003), el más flojito; Jack Jack Attack (2005), One man band (2005), Mater y la luz fantasma (2006), con los personajes de Cars; Lifted (2006); Su amigo la rata (2007), una especie de documental que desmiente la mala fama de esos roedores presentado por Rattatouille; Presto (2008); Burn-E (2008), sobre uno de los robotitos de Wall-E y Parcialmente nublado que acompaña a Up, con una curiosa historia de cigüeñas, bebés y nubes.
Una bienvenido y homeopática dosis de humor.