Semana Santa en la gran pantalla.

El cine ha dedicado más de 150 películas a la figura de Jesucristo. La primera data de 1989 -a cuatro años de su invención -, un cortometraje italiano que el Vaticano atesora, y donde el Mesías camina sobre el agua.
Rey de Reyes fue la primera superproducción (Cecil B. De Mille, 1927), silente, en blanco y negro, y con elenco “puro” por contrato.
Un clásico de la TV argentina cada Viernes Santo, antes que el cine se mudara casi exclusivamente al cable, fue otra Rey de Reyes (Nicholas Ray, 1961) con el rubísimo Jeffrey Hunter como Jesús.
Jesús de Nazareth (Franco Zeffirelli, 1977) destaca por su perfección estética. Con Robert Powell para la estampita, la argentina Olivia Hussey como María y secundarios de Lawrence Olivier y Anthony Quinn.
Los anteriores son acercamientos apegados al canon cristiano, pero los ha habido más personales y controvertidos.
En 1964 Pier Paolo Passolini rodó El Evangelio según San Mateo, una versión tan ascética que fue acusada de “fea”.
Escandalizaron la opera rock Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1973), con un Cristo hippie y sensual; y La vida de Brian (Terry Jones, 1979), comedia del grupo Monty Pitón sobre un alter ego de El Salvador.
Prohibidísima fue La última tentación de Cristo (Martin Scorsese, 1988), basada en la novela de Kazanzakis, con Wilhem Dafne como un Jesucristo demasiado humano para el gusto de muchos.
Y últimamente La pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson, efectista pero en vías de convertirse en clásico.
Una oferta amplia, y abierta a nuevos puntos de vista.