Título original: Flags of Our Fathers
Dirección: Clint Eastwood
Guión: William Broyles Jr., Paul Haggis
Fotografía: Tom Stern
Música: Clint Eastwood
Origen: USA – 2004
Calificación: Sólo apto para mayores de 13 años
Intérpretes: Ryan Phillippe, Jesse Bradford, Adam Beach, John Benjamín Hickey, Jaime Bell

En febrero de 1945 durante la Guerra del Pacifico, el fotógrafo estadounidense Joe Rosenthal tomó una de las fotos más famosas de la historia: Izando la bandera en Iwo Jima, por la que recibió el Premio Pulitzer. Una imagen emblemática para la ciudadanía estadounidense, cuyo lado escondido cuenta Clint Eastwood en La conquista del honor.
Un ejercicio nada ocioso, ya que muestra el derrotero de los seis soldados que aparecen en la foto levantando un improvisado mástil sobre el Monte Suribashi pocos días después del desembarco en la isla nipona de Iwo Jima. Durante la contienda y después, deteniéndose especialmente en la relatividad del heroísmo, y la manipulación política de aquellos entronizados como figuras heroicas.
El guión se basa en la biografía que William Broyles Jr. escribiera sobre su padre James “Doc” Broyles, uno de los hombres en la foto. Pero Eastwood no se atiene al relato lineal del texto. Elige yuxtaponer escenas, en una constante ida y vuela temporal, comenzando con los protagonistas casi ancianos y finalizando con un conmovedor impasse de la lucha, en las playas de arena volcánica de Iwo Jima.
El tratamiento para las acciones en el campo de batalla es similar al de Steven Spielberg -uno de los productores de este film- en Buscando al soldado Ryan (1998); y cercano a La cortina de humo (Wag the Dog/ (Barry Levinson; 1997) respecto a la propaganda y el “esfuerzo de guerra”.
La conquista del honor -originalmente “Banderas de nuestros padres”-, intenta denunciar las miserias del hombre matando al hombre, pero no evita quedar enrolada en la vasta iconografía triunfalista que el cine bélico estadounidense ha acumulado sobre la Segunda Guerra Mundial.
Aún así, está impecablemente filmado e interesa. Es sólo la primer parte de un díptico, que el veterano y al parecer cada vez más inspirado Eastwood -dirigió, compuso la banda original de sonido y entonó bajo seudónimo el tema de los títulos iniciales-, dedica a un tema tan central como la guerra en este momento en su país.
Cartas de Iwo Jima ya se estrenó, recibió elogios y premios en todo el mundo, contando los hechos desde el punto de vista nipón.