A finales de abril finalizó el rodaje de una inesperada remake local.

Intouchables (Eric Toledano & Olivier Nakache; 2011) fue el
largometraje que más recaudó en Francia durante 2011, dejó a varios tanques “américaines”
por el camino y obtuvo varios premios con su mezcla de drama -basado en hechos
reales- y humor.
Tal éxito impulsó una amplia distribución internacional y que en octubre de
2012 se estrenara en Argentina con bastante repercusión y por alguna abstrusa causa,
con el título Amigos intocables.
La trama abordaba el momento en que el aristócrata Philippe -parapléjico por un
accidente deportivo- contrata como asistente personal a Driss -un inmigrante
africano con prontuario y futuro poco promisorio- a pesar de la oposición de su
entorno.
Una relación de trabajo que se convierte en amistad y en oportunidad de que
superen obstáculos en sus respectivas vidas.
Los directores cambiaron nombres y circunstancias para que el guion fuera más
atractivo y parecen haberlo conseguido, porque no sólo se habla de una remake
en Hollywood -con Bryan “Walter White” Cranston y Kevin Hart- sino también se
ha terminado de rodar y está en post- producción una versión argentina a
estrenar en el segundo semestre del año.
El público estadounidense no acostumbra o no tolera los subtítulos y menos aún
los doblajes y es cosa de cada día que “la gran industria” compre los derechos
del último batacazo en las antípodas y lo refrite -generalmente con resultado
mediocre- a su modo.
Tampoco es tan raro que compren derechos de films argentinos, como El secreto de sus ojos, Nueve Reinas o Elsa & Fred, pero que eso suceda a
la inversa es una rareza en toda la regla.
Para su noveno opus el director argentino Marcos Carnevale trasladó esta trama
a Buenos Aires -el bellísimo Palacio Bencich fue una de las locaciones
principales- y cambió el título a Inseparables,
bastante más adecuado que el de la distribución local.
Los protagonistas son Felipe, un millonario privado de toda movilidad y Tito,
un muchacho desocupado que acepta ser su acompañante terapéutico; encarnados
respectivamente por Oscar Martínez -en un año muy cinematográfico- y Rodrigo de
la Serna, que ya habían compartido escenario en la obra Amadeus de Peter
Schaffer.
Y los secunda un elenco integrado por Alejandra Flechner, Carla Peterson, los
adolescentes Delfina Chaves y Franco Masini, entre otros.
Carnevale se dio un gusto muy caro, ya que las producciones argentinas suelen
recuperar buena parte de sus presupuestos en la distribución internacional, que
en este caso parece complicada. Aunque la atractiva dupla protagónica y una
buena campaña publicitaria puede que hagan el milagro de una gran convocatoria
local.