Título original: Surrogates
Dirección: Jonathan Mostow
Guión: John Brancato, Michael Ferris
Fotografía: Oliver Wood
Música: Richard Marvin
Origen: USA – 2009
Intérpretes: Bruce Willis, Radha Mitchell, Rosamund Pike, Ving Rhames, James Cromwell
Calificación: Sólo apta para mayores de 16 años

Alrededor de 2050 el planeta parece haber cambiado para mejor, porque los índices de criminalidad y accidentes han bajado a cifras mínimas gracias al uso de sustitutos robóticos.
Hace más de una década que el 98% de la población mundial -hay una minoría que lo considera antinatural- tiene un sosías perfecto, que manda al trabajo, a la calle y maneja desde casa con una conexión inalámbrica.
Hasta que una noche, el agente del FBI Tom Greer y su compañera deben investigar la destrucción de dos sustitutos por un motociclista armado. Parece un caso de vandalismo, pero revela algo espantoso: los dueños de los robots están muertos en sus respetivos departamentos. Asesinatos que rompen la ilusión de bienestar y pueden implicar una falla tecnológica o un atentado de activistas contra el sistema de sustitución.
Un relato con ambientación compleja y muy bien lograda, que pone a Bruce Willis en una especie de secuela futurista de Duro de Matar (John McTiernan, 1988). Su personaje hiperprotagónico -está en cada escena de principio a fin- comienza como un policía amargado por una desgracia familiar y el trabajo rutinario, luego reacciona y finalmente se convierte en salvador de la humanidad.
La trama se basa en la novela gráfica -otra manera de llamar a una historieta de serie limitada- Los sustitutos, de los estadounidenses Robert Venditti y Brett Weldele.
La historieta es bastante más oscura y con un final menos amable, pero de acuerdo con la tendencia del cine industrial “americano”, se la ha suavizado a fuerza de efectos especiales y un final abierto.
La dirección fue encargada a Jonathan Mostow, que tiene en su haber a Terminator 3 (2003) y otros filmes, que lo muestran idóneo para yuxtaponer escenas de acción pero no mucho más.
Interpretar a un robot no requiere mucho esfuerzo, así que sólo destacan el trabajo de James Cromwell como el inventor de los sustitutos y varios “momentos Willis” -el de la campera de cuero es casi bizarro-, que sus seguidores verán con placer.
Y… ¡marche un balde de pochoclo!