Garage Olimpo (1999) fue dirigido por el chileno-italiano Marco Bechis, que no por casualidad lo ambientó en la última dictadura militar, ya que conoció su accionar perverso en primera persona mientras estudiaba en la capital argentina en la década del 70 y a sus 21 años de edad, fue raptado y mantenido prisionero por varias semanas.

Una experiencia que lo marcó tanto como para volcarla en este y otros de sus films y en el libro de memorias La soledad del subversivo (Editorial Adriana Hidalgo; Buenos Aires, 2023).

La primera secuencia es aérea y muestra el Río de la Plata y la ciudad de Buenos Aires, como un paréntesis que se abre a la estructura circular del largometraje.

Luego se reflejan algunos hechos reales -el más notorio es la explosión que se provoca en la casa de un represor-, aunque la trama central es de ficción.

La protagonista es María -conmovedora Antonella Costa en su segundo rol cinematográfico-, una chica que desarrollaba su compromiso social enseñando a leer a adultos, que fue señalada como subversiva por un conocido parte de “los servicios”; secuestrada por un comando parapolicial frente a su propia madre -la francesa Dominique Sanda en un aporte de la coproducción- y mantenida prisionera en el centro clandestino de detención que da título al film y pasó a la crónica criminal como “El Olimpo”.

De manera similar a lo que hizo recientemente su colega británico Jonathan Glazer en el multipremiado Zona de interés (2023), el director utiliza el estilo de un documental de observación, prefiriendo mantener una cierta distancia para no caer en abyecciones, enfatizando la rutina de la maquinaria opresora y dejando fuera de campo los maltratos, las torturas y las violaciones.

Aunque en segundo plano pueden oírse gritos de dolor y zumbidos de picana y pueden verse los rastros de sangre en el suelo y los traumas físicos y psicológicos de las víctimas, entre otros efectos de la violencia, que por acumulación producen un efectivo terror de bajo impacto en los espectadores.

Drama que tiene un desenlace que sorprende por su crueldad y una escena final que cierra el paréntesis de la de apertura en una de las metáforas visuales y auditivas más logradas de la filmografía dedicada al golpe de facto de 1976 y los siete años de dictadura que lo siguieron.

Un título imprescindible para mantener la Memoria viva y en mayúsculas, al que se puede acceder sin costo y en excelente calidad desde la plataforma de video a demanda Cine.ar Play, al menos mientras no se la cierre como parte del presente desguace del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y de la cultura.

Ficha técnica/ Dirección: Marco Bechis. Guión: Marco Bechis, Lara Fremder, Caterina Giargia. Fotografía: Ramiro Civita. Música: Jacques Lederlin. Intérpretes: Dominque Sanda, Antonella Costa, Enrique Piñeyro, Carlos Echervarría. Origen: Argentina, Italia, Francia- 1999. Calificación: Sólo apto para mayores de 16 años.

Autor: Redacción Ecodías