Dos consagrados
directores vuelven su mirada hacia dos ilustres colegas.

El jueves 4 de septiembre en unas pocas salas capitalinas, se estrenó el nuevo
film de Ettore Scola dedicado a su enorme compatriota Federico Fellini.
 El octogenario director de Feos, sucios y malos (1976) y El baile (1984) entre otros clásicos
del cine italiano, volvió tras la cámara luego de una década de ausencia para
rodar Que extraño llamarse Federico
(2013) Una suerte de biografía cuyo sugestivo título fue excepcionalmente respetado
en la traducción castellana, quizás porque parafrasea el último verso del poema
“De otro modo” de García Lorca que se usa como apertura. Presentado con
relativa repercusión en el Festival e Venezia del año pasado, a veinte años de
la muerte de quien fuera su colega y amigo,
 “Scola racconta Fellini” rezaba la
publicidad original y lo cuenta de primera mano ya que se conocieron en su
primera juventud, cuando trabajaban en la redacción del diario satírico romano
Marco Aurelio en tiempos de posguerra y luego compartieron Cinecittá por casi
cincuenta años.
Mezcla de blanco, negro y color; ficción y documental, pero principalmente de
admiración y nostalgia por la amistad y la juventud perdidas.
Por su parte, el controvertido director ítalo-americano Abel Ferrara rindió un
particular tributo a Pier Paolo Pasolini en un drama estrenado en la reciente Mostra,
donde fue alabado por la ambientación y la intensidad del protagónico de Willem
Dafoe, uno de los actores preferidos de Ferrara.
Titulado simplemente Pasolini, revive
el último día de la vida del poeta, dramaturgo y director cinematográfico
boloñés. Un recorrido que comienza visitando a su madre y sigue por las calles
romanas conduciendo su Alfa Romeo entre amigos y recuerdos, hasta la playa de
Ostia en que se lo encontró asesinado la mañana del 2 de noviembre de 1975.
Realizaciones atractivas, del tipo que ya no suele distribuirse fuera de Buenos
Aires por no dirigirse a un público masivo y habrá que esperar en DVD o en algún
servicio de cable o streaming.