Otra oportunidad de volver a ver o descubrir una serie clásica.

La televisión sigue teniendo fama de “caja boba” y hasta ha empezado a perder su
lugar en la preferencia del público ante el avance de Internet como distribuidora
de contenidos, pero hay producciones televisivas que han pasado esos límites y tienen
categoría de clásico.
Ese es el caso de Alfred Hitchcock Presenta,
un ciclo de cortos de 25 minutos, que se reprograman periódicamente y a pesar del
blanco y negro de origen consigue nuevos fieles.
De hecho, desde noviembre el canal de cable Encuentro que lo incluye en el horario tardío de los viernes a las
23.30 horas, pero también puede verse en las repeticiones y gratuitamente en la
Televisión Digital Abierta.
Parece innecesario aclararlo, pero el británico Alfred Hitchcock fue un
director y productor de cine que comenzó muy humildemente en la época silente,
se convirtió en éxito en Europa con sus films de misterio a principio de los
años treinta y eso le ganó un pase a Hollywood a final de la década.
Si leemos cualquiera de sus biografías o la serie de entrevistas que su colega francés
François Truffaut plasmó en el libro El cine según Hitchcock (1967),
entenderemos que no todo le fue fácil y aún en momentos de gran suceso de público
y crítica como en los años cincuenta tuvo que luchar para conseguir
financiamiento e imponer su estilo, pero se tomó una especie de recreo lucrativo
en la televisión estadounidense.
El titulo del ciclo ilustra de qué trataba: el personalísimo director lo introducía
y despedía poniendo en juego su histrionismo y humor negro -guionados- y los
capítulos tenían los mismos climas y géneros que su obra cinematográfica: suspenso,
terror, fantástico cotidiano.
La inconfundible caricatura de apertura fue dibujada por Hitchcock -en uno de
sus primeros trabajos dibujaba Intertítulos- y la música característica
pertenece a la “Marcha fúnebre para una
marioneta” de Charles Gounod elegida por Bernard Herrmann -su compositor de
cabecera en ese momento- y en los elencos pueden reconocerse muchos rostros
famosos.
Siete temporadas entre 1955 y 1962 y un total de 268 capítulos -17 dirigidos
por él mismo- que pegaron el público a la pantalla chica en los confines del
mundo, sigue firme en cada lista de los mejores programas y conserva su
atractivo.