Una ficción que intenta abordar un
momento decisivo en la vida del siempre elusivo Jean Luc Godard.

A pesar de estar prácticamente recluido en la pequeña ciudad suiza de Nyon desde
hace años, el director Jean Luc Godard sigue vigente en su leyenda y su
trabajo.
El Festival Internacional de Cine de Cannes recientemente finalizado, no sólo lo
tuvo en la selección oficial con Le
livre d’Imágenes -El libro de imágenes- que presentó con una video-conferencia,
sino también en el afiche en su honor de esta septuagésima primera edición, que
muestra un icónico fotograma de Pierrot,
el loco (1965) donde se ve en brillantes colores el beso de auto a auto
entre Anna Karina y Jean Paul Belmondo.
No parece casualidad que tal homenaje llegue en el cincuentenario del Mayo Francés,
ya que Godard fue uno de los directores que en la edición de 1968 del festival paró
las proyecciones para apoyar a los estudiantes y trabajadores que se
manifestaban en Paris.
En aquel momento estaba casado con la actriz Anne Wiazemsky, que después de su
divorcio haría carrera como escritora y dedicaría dos de sus libros a esa
relación tumultuosa en tiempos tumultuosos.
Y uno de ellos –Un an après o Un año después- fue versionado por Michel
Hazanavicius -el director de El artista
(2011)- en el largometraje Le redoutable
(2017), literalmente “El temible”.
Coproducción entre Francia, Italia y Birmania, que mayormente se distribuiría
con el título Godard, mon amour, aunque
en España lo hizo con el insólitamente acertado de Mal genio.
Lejos de intentar una biografía, Hazanavicius refleja una historia de amor
atravesada por el cambio profundo en la forma en que las partes veían su
trabajo y a sí mismos.
Para el protagónico acertó al elegir a Louis Garrel, que logra una notable caracterización
tanto en lo físico como en la reconocible mezcla de aspereza e ingenio de JLG,
en contrapunto con la ingenuidad de su jovencísima compañera interpretada por
Stacy Martin.
Aún con sus tiempos muertos, un atractivo retrato de las tribulaciones de un artista,
que el 10 de mayo se estrenó en Buenos Aires y por estar dirigido a un público
demasiado específico para ser redituable no se distribuyó en otras ciudades del
país.