Título original: The imaginarium of Dr. Parnassus
Dirección: Terry Gilliam
Guión: Terry Gilliam, Charles McKeown
Fotografía: Nicola Peccorini
Música: Michael y Jeff Danna
Origen: UK, Canadá, Francia – 2009
Calificación: Sólo apta para mayores de 13 años
Intérpretes: Christopher Plummer, Tom Waits, Colin Farrell, Jude Law, Johnny Depp, Heath Ledger.

El cine del británico Terry Gilliam siempre ha sido muy particular y se ha caracterizado por una estética visual entre barroca y surreal con tramas fantásticas. En El imaginario mundo del Dr. Parnassus no sólo reincide en esas características, sino también recicla su propio imaginario, en un relato fáustico y excesivo.
El verbo reciclar no está usado caprichosamente porque si bien Gilliam quería contar la historia del eterno Dr. Parnassus y su troupe anacrónica en el Londres contemporáneo, nunca sabremos que fue original y que resultado de los cambios por la muerte de uno de los protagonistas principales en medio del rodaje.
Después de un par de meses de parate, gracias al apoyo de varios amigos de Heath Ledger que fungieron como alter egos de su personaje -donando su cachet a la pequeña hija del actor recién fallecido- y a una reescritura del guión, se pudo terminar el film y dedicarlo a su memoria.
Fue un inconveniente mayor, pero los nombres de Colin Farrell, Jude Law, Johnny Depp agregados al elenco y cierto morbo de los fans consiguieron despertar el interés de los distribuidores, que estrenaron mundialmente un producto poco comercial como este.
Gilliam muestra como el sabio Dr. Parnassus -notable Christopher Plummer- es tentado con la inmortalidad por el mefistofélico Mr. Nick (Tom Waits), que al cabo de muchos años reclama su pago. Parnassus tendrá que cederle lo que más quiere: su única hija -Lily Cole- de apenas dieciséis años. Desesperado, se aferra a la ayuda del asertivo Tony -Heath Ledger-, tan lleno de ideas como de secretos.
Inclasificable y desprolijo, este cuento oscuro en el fondo y colorinche en la forma, cuestiona el lugar de los creadores en este presente mezquino y materialista. Y a pesar de los hilos sueltos y no estar al nivel de Brazil (1985) u otros trabajos del director, tiene varios momentos logrados.