Título original: The Curious Case of Benjamín Button
Dirección: David Fincher
Guión: Eric Roth; basado en un argumento de Eric Roth y Robin Swicord; sobre un relato de F. Scott Fitzgerald
Fotografía: Claudia Miranda
Música: Alexandre Desplat
Origen: USA – 2008
Intérpretes: Brad Pitt, Cate Blanchett, Taraji P. Henson, Julia Ormond, Jason Flemyng, Elias Koteas, Tilda Swinton
Calificación: Sólo apta para mayores de 13 años

En New Orleáns, la noche en que finalizaba la Primera Guerra Mundial nacía el primogénito del acaudalado empresario Sr. Button. Pero no fue un acontecimiento feliz, porque la madre moría al dar a luz y el niño presentaba un aspecto monstruoso.
Horrorizado, el padre lo abandona en las escalinatas de la Casa Nolan, donde se cuidan ancianos. Allí lo encuentra Queenie, una jovencita negra encargada de la limpieza, que se enternece y a pesar de su falta de medios y del racismo de aquellas épocas, adopta al pobre bebé blanco y lo llama Benjamín.
Pronto descubren que el aspecto de Benjamín se debe a una extraña dolencia: ha nacido viejo y desandará el camino hasta morir niño.
Curiosa trama que desarrolla una de las tantas ocurrencias de Mark Twain, que se lamentaba porque la mejor parte de la vida fuera al principio y la peor al final.
Anteriormente, lo hicieron autores como Samuel Johnson y Francis Scott Fitgerald, tomándose del cuento de este último el título y el nombre del protagonista del film. Aunque son las únicas semejanzas, ya que el tono, la época y el argumento son absolutamente diferentes.
Para darse una idea clara de lo que depara la visión de este film -además de la perfección formal de la imagen, la esmerada reconstrucción de época y cierta tendencia a la oscuridad propia del estilo del director David Fincher- hay que enfocarse en el nombre del guionista: Eric Roth. Es el mismo responsable del guión de Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994), y salvo la diferencia mínima de que Benjamín Button recorre buena parte del siglo XX rejuveneciendo y Forrest Gump simplemente creciendo, comparten la estructura de gran flashback: los paisajes del sur de Estados Unidos, la recorrida por varios hitos históricos, el tema del prejuicio ajeno, y el notorio hieratismo del protagonista. En Gump debido a la tierna estulticia del personaje, en Button al bastante rídículo maquillaje, a Brad Pitt o a la mezcla de ambas factores.
El curioso caso de Benjamín Button es un melodrama con tintes de fábula, cuya moraleja rezaría aproximadamente: no importa en que dirección temporal vivamos -de niños a ancianos o de ancianos a niños-, la vida comienza a cada instante y será lo que hagamos de ella.
Innegablemente hay momentos muy logrados como los “rayos”, el amor escondido en el frío de Rusia, o la vibrante escena de batalla marina. Y algunas actuaciones estupendas como la de Taraji P. Henson en el rol de Queenie o la de Cate Blanchett como Daisy, pero le sobran unos treinta minutos y a pesar del tono y el ritmo mesurados, termina pareciendo pretencioso a quien no caiga en sus trampas sentimentales.