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El cisne negro
Nina es una joven bailarina que obtiene el rol protagónico de El lago de los cisnes. Es la oportunidad de consagrarse, pero...
Categoría: Cine

Nina es
una joven bailarina que obtiene el rol protagónico de El lago de los cisnes. Es la oportunidad de consagrarse, pero el
despótico coreógrafo Tomas Leroy la presiona demasiado y aparece Lilly, una
talentosa y atractiva colega dispuesta a tomar su lugar ante el menor traspié.
Esto suena a otro “drama danzante” con tutús y lagrimitas como Momento de decisión (Herbert Ross,
1977) o Étoile (Peter del Monte,
1990), pero está dirigido por Darren Aronovsky, y por lo tanto el resultado es
muy diferente.
Este fue un film de encargo y Aronofsky no escribió el guión como en Pi (1998) o Requiem por un sueño (2000), sus mejores y más personales trabajos.
Sin embargo, ambientó la acción en el del ballet -el cuento original de Andrés
Heinz transcurre en el medio teatral- y fiel a su estilo, eligió seguir de
cerca a un personaje obsesionado por una meta más allá de sus fuerzas o de la
realidad, convirtiendo El cisne negro
en un thriller.
Y no en un thriller cualquiera, sino en uno con varios niveles de lectura. El
superficial con su intriga casi policíaca; el psicológico, donde la
protagonista lucha con sus represiones, compulsiones y fantasmas; otro que
refiere al tópico del doble -presente en el argumento del ballet de
Tchaicovski- y por último el que juega con la tensión ente realidad y
artificio, que se da en toda obra de arte.
Luego de un breve vistazo a la cara bella de la danza, Aronovsky nos lleva a
los pasillos oscuros y los camarines, al dolor de los cuerpos sometidos a una
disciplina inflexible, a los celos profesionales, al autoritarismo ejercido por
maestros, coreógrafos y directores.
Un teatro -el Lincoln Center de New York- y un par de locaciones más;
abundancia de espejos -un símbolo obvio pero efectivo-; cámara móvil; muchos
close-ups; gran manejo de luz y color; música que convierte a Tchaicovski en
leit-motiv y protagonista y un elenco sólido.
Natalie Portman im-pe-ca-ble, superando por primera vez a aquella niñita de El perfecto asesino (Luc Besson, 1994)
con que despegó su carrera y mereciendo largamente su Oscar a Mejor Actriz. El
talentoso Vincent Cassell, imponiendo su mirada en el primer rol relevante
fuera del cine francés. La ucraniana Mila Kunis -“la chica” de El libro de Eli (Albert Hughes, Allen
Hughes; 2010) y varios films indies- notable como contrafigura femenina.
Bárbara Hershey, convincente como madre posesiva y Winona Ryder, irreconocible
como la prima ballerina desbancada.
Un muy buen film, parangonable al inquietante La profesora de piano (Michael Haneke; 2001), que logra algo poco
habitual en el presente “de fórmula”: captura al espectador en su crescendo
dramático y deja una impresión perdurable.

Título original: Black Swan
Dirección:
Darren Aronofsky
Guión: Mark
Heyman, Andres Heinz, John McLaughlin
Fotografía: Mathew Libatique
Música:
Clint Mansell
Origen: USA-
2010
Calificación: Sólo apta para mayores de 16 años
Intérpretes: Natalie
Portman, Vincent Cassell, Mila Kunis, Bárbara Hershey

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2011-03-21 02:00:00
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