Que esta serie biográfica lleve el mismo título que el séptimo y probablemente más relevante álbum de la carrera musical de Fito Páez no es un mero detalle, ya que la acción da comienzo en la noche del año 1993 en que el compositor e interprete lo presentó en el Teatro Gran Rex y de allí hace un largo flashback donde se recorren los años previos.

Un recorrido circular resuelto en ocho episodios -de poco más o menos de 40 minutos cada uno-, desde que un Fito adolescente en su Rosario natal decide dedicarse a la música a pesar de los temores y la oposición de su padre, pasando por su incorporación al grupo de artistas de la Trova Rosarina, su casi inmediata llegada e inserción en el medio musical de Buenos Aires y sus pérdidas trágicas, hasta el momento en que emprende vuelo en solitario.

El 26 de abril pasado y en la práctica usual de Netflix, la primera temporada de El amor después del amor fue lanzada completa e inmediatamente se convirtió en un suceso, tanto de crítica como en la cantidad de visualizaciones; en especial gracias al público argentino y el latinoamericano, que es contemporáneo o ha crecido oyendo los temas de Páez.

Las plataformas de streaming suelen tener éxitos tan sonoros como pasajeros basados en la publicidad y en el efecto FOMO, pero este ciclo brilla y será recordado particularmente por su estupendo trabajo de casting – la elección de cada miembro del elenco- y el nivel interpretativo conseguido.

A la cabeza, un jovencísimo Iván Hochman que encarna una versión querible y creíble -quizás exagera los característicos contoneos al piano- del protagonista y la química inmejorable con Micaela Riera como Fabiana Cantilo, más un desfile de personajes reconocibles de la escena musical argentina. Un conjunto afortunadamente alejado de la imitación, en la que destaca el músico Andy Chango como Charly García y el comediante Julián Kartun, como un tierno Luis Alberto Spinetta.

Otro acierto es la ambientación, que consigue revivir la oscuridad y los riesgos de ser joven en últimos años de la dictadura militar; la década del 80 con el comienzo amenazado de la democracia y por supuesto, todo acompañado por una banda sonora con “Dale alegría a mi corazón” como tema principal y clásicos de Fito y otros artistas reversionados ad hoc, como el caso de Agustín Britos poniendo su voz a las canciones de Páez.

Un acercamiento muy disfrutable -y maratoneable- a un histórico del rock nacional, no obstante las polémicas que supo levantar la omisión o exageración de algún personaje o de cierta circunstancia puntual y muy probablemente el puntapié inicial para otra temporada o para spin offs sobre otros personajes.

Ficha técnica/ Dirección: Felipe Gómez Aparicio, Gonzalo Tobal. Guión: Francisco Varone, Lucila Podestá, Diego Fío. Música: Daniel Pemberton, Toydrum. Fotografía: Diego Guijarro. Intérpretes: Iván Hochman, Micaela Riera, Martín Campilongo. Origen: Argentina -2023.

Autor: Redacción Ecodías