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Django, sin cadenas
En 1858, pocos años antes de la guerra civil estadounidense, un cazador de recompensas alemán -Chrisoph Waltz- adquiere un esclavo -Jamie Foxx- para que lo ayude a capturar un par de criminales y en pago lo deja libre.
Categoría: Cine

En 1858, pocos
años antes de la guerra civil estadounidense, un cazador de recompensas alemán -Chrisoph
Waltz- adquiere un esclavo -Jamie Foxx- para que lo ayude a capturar un par de
criminales y en pago lo deja libre.
Pero Django demuestra dotes naturales para matar blancos por un precio y
terminan formando una lucrativa y letal sociedad.
Argumento en apariencia simple desarrollado en un ambiente complejo, no sólo
por el racismo y la violencia del siglo XIX en Estados Unidos, sino por el modo
en que el director Quentin Tarantino lo refleja.
Formalmente parece un spaghetti-western, pero en realidad sigue la tendencia de
sus dos trabajos previos: A prueba de
muerte
(2007) por los recursos parecidos a los Exploitation Films de los
setenta y Bastados sin Gloria (2009)
en su abordaje casi contrafáctico de la época.
El periodo esclavista tratado en tono zumbón y con un lenguaje que buscando ser
realista suena a plagado de racismo -la lección de frenología del personaje de
DiCaprio como prueba- iba a provocar escozor y criticas como las de Spike Lee,
pero eso siempre ha sido parte del estilo del director, porque el verdadero
tema de su cine es el cine mismo.
Casi todo contiene una referencia. El titulo cita a Django (Sergio Corbucci, 1966) al igual que el tema musical de
apertura del argentino Luis Bacalov y la breve aparición de su protagonista, Franco
Nero. El diseño de los títulos de crédito iniciales y finales repite la fuente
y el estilo de los westerns de finales de los 60. La ropa de Django copia la
usada por Michael Landon en la vieja serie Bonanza.
El apellido de la chica del cuento honra a Shaft
(Gordon Parks; 1971), el primer detective afroamericano. La toma de la banda
encapuchada coincide con otra de Los 7 samurais
(Akira Kurosawa; 1954) y se podría seguir el detalle hasta el hartazgo.
Juegos de espejos que complacen al director y a buena parte de los espectadores.
El problema es que ni esto; ni la estupenda factura visual -pasmosa la
metafórica lluvia de sangre sobre los capullos de algodón-; ni el elenco lleno de
nombres conocidos -del villano encarnado por Leonardo DiCaprio pasando por el
mayordomo de Samuel L. Jackson , hasta las dos frases de Jonah Hill-; ni la
excelente actuación de Christoph Waltz, ni la teoría de la actuación que
esboza; ni los diálogos punzantes son sostenidos por un buen guión y todo queda
en una sucesión de sketches con un fragoroso final.
Dos horas cuarenta y cinco minutos de narcisismo cinematográfico son demasiados,
aún con la excusa del entretenimiento y la firma de Quentin Tarantino.

Título original: Django Unchained
Dirección y guión: Quentin Tarantino
Fotografía: Robert Richardson
Origen: USA- 2012
Edición: Fred Raskin
Calificación: Sólo apta para mayores
de 16 años, con reservas
Intérpretes: Jamie Foxx, Christoph
Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson

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2013-02-18 08:10:00
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