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De planos, secuencias y planos secuencias
Categoría: Cine

Apuntes sobre la escena más elogiada de El secreto de sus ojos.

Desde su estreno se ha hablado mucho del “plano secuencia” del nuevo film de Juan José Campanella. Término del léxico cinematográfico, que puede estar claro para algunos iniciados, pero no tanto para la mayoría.
Tampoco los profesionales tienen un acuerdo total, pero generalmente se tiene por plano -o toma- al segmento de metraje conseguido entre el “Acción” y el “Corten”. Y por secuencia a la sucesión de planos -editados-, que conforman una pequeña narración de varios minutos dentro del film.
Obviamente el plano secuencia une esas dos características -en inglés se suele llamar “long take” o toma larga- y propone una secuencia conseguida en una sóla toma.
Parece sencillo, pero lograrlo requiere de coreografía de los movimientos humanos y de cámara; mucho ensayo e ingente trabajo técnico previo, para obtener diferentes niveles de luz o sonido directo.
Los planos secuencia se han usados desde principio del siglo XX- Murnau tiene alguno célebre-, pero quien lo usó in extenso fue Hitchcock en La soga (1940), rodado completamente con planos secuencia de 8 o 10 minutos cada uno.
Sin embargo, el más famoso de todos -usado como ejemplo canónico en cursos de cine- es el que Orson Welles usó en la apertura de Sed de mal (1948).
Comienza con un hombre “plantando” una bomba de tiempo en el baúl de un automóvil; luego se sigue a ese automóvil por un estacionamiento y por la calle de una pequeña ciudad hasta que finalmente explota. Una maravilla a la que Robert Altman rinde una especie de tributo en su delicioso plano secuencia de Las reglas del juego (1992).
Rossellini, Antonioni, Scorsese, Tarantino lo han usado bastante y el ruso Alexander Sokurov rodó El arca rusa (2002) en un solo plano secuencia de más de una hora y media, pero no son tan común por el esfuerzo que demandan y porque se suelen interpretar como exhibicionismo -o “agrande”- del director.
El de La mirada de sus ojos es comparado con el que Brian Di Palma usó en Ojos de serpiente (1998), porque ambos suceden en un espectáculo deportivo multitudinario. Aunque el propio Campanella advierte que se trata de un plano secuencia con ingerencia de efectos generados por computadora, y prefiere guardarse los detalles.
La lógica revela que al menos tiene un corte, ya que difícilmente un camarógrafo pudo haber saltado de un helicóptero en marcha y seguir rodando en las tribunas, pero funciona como un plano secuencia. Uno de gran calidad.
Y para quienes tengan curiosidad sobre este recurso cinematográfico, todos los mencionados se pueden encontrar en You Tube y el de Campanella está en cartel.

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2009-08-22 00:00:00
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