Poco después de la lluvia de premios obtenidos con su versión de Sin novedad en el frente (2022), el director alemán Edward Berger se entusiasmó con la adaptación de la novela Cónclave (2016) de Robert Harris escrita por Peter Straughan y con un elenco internacional -encabezado por el británico Ralph Fiennes-, se abocó a la realización del largometraje homónimo.

La trama de suspenso se desarrolla en la reclusión protocolar entre la majestuosa Capilla Sixtina y los pasillos marmóreos de la residencia Santa Marta, donde se hospeda el centenar de cardenales que a un tiempo son votantes y candidatos al Trono de San Pedro.

Una elección tanto religiosa como política, que no obstante las advocaciones al Espíritu Santo sufre las mismas manipulaciones y conciliábulos de cualquier espacio donde se disputa poder.

No es la primera ficción ambientada en ese territorio exótico a fuerza de secretismo, de hecho la mejor sigue siendo el drama Las sandalias del pescador (Michael Anderson; 1968), con un estupendo Anthony Quinn como el sencillo cardenal ucraniano que llega al papado después de haber pasado por una cárcel soviética; pero en este siglo la más publicitada y efectista fue el thriller Ángeles & Demonios (Ron Howard; 2009), mientras que Habemus Papam (Nanni Moretti; 2011) jugó de local en tono de comedia satírica.

Aun si no ofrece mucho de nuevo, esta Cónclave tiene un buen guión de Straughan a pesar que pudo naufragar entre los recurrentes recuentos de votos pero supo no sólo comprimirlos sino también utilizarlos para sostener un mínimo de suspenso; el protagónico total de Fiennes, que se luce hablando fluidamente varios idiomas -entre ellos el castellano- y le da a su Decano Lawrence la dosis justa de mesura y arrojo; los secundarios de Stanley Tucci como el Cardenal Bellini y el breve pero destacado de Isabella Rossellini como la Hermana Agnes y la puesta de Berger, que sacó partido de los pasillos y los personajes oscuros y consigue una tan bella como alegórica secuencia cerca del desenlace, con los votantes cruzando un patio bajo paraguas blancos.

Un recorrido de dos horas hasta arribar el acuerdo y la famosa fumata blanca, en el que -teniendo en cuenta el desarrollo previo de la acción- la vuelta de tuerca final se siente bastante inverosímil, aunque el conjunto permite disfrutar de unas cuantas líneas de diálogo punzantes sobre la fe y unos acercamientos siempre bienvenidos a los frescos pintados por Michelangelo.

Aciertos que ya le han granjeado varios premios y ocho nominaciones pendientes para el Oscar, a mejor actor, mejor actriz de reparto, mejor edición, mejor guión adaptado, mejor banda sonora, mejor diseño de vestuario, mejor diseño de producción y al mayor como mejor largometraje estrenado en 2024.

Ficha técnica/ Dirección: Edward Berger. Guión: Peter Straughan. Fotografía: Stéphane Fontaine. Música: Volker Bertelman. Intérpretes: Ralph Fiennes, Stanley Tucci, Isabella Rosellini, John Lithwood, Sergio Castellito. Origen: USA, UK – 2024. Calificación: Sólo apto para mayores de 13 años.

Autor: Redacción Ecodías