Adiós a un gran animador
de la escena nacional.

Se llamaba Oscar Jorge Da Lus y lo conocimos como Jorge Luz.
A los 17 años debutó en radio casi por casualidad, cubriendo una ausencia en el
programa donde trabajaba su hermana mayor Aida y ya nunca dejó de actuar.
Se lo recuerda especialmente por su labor como comediante y sin duda el humor
fue su sello dentro y fuera de escena, pero según sus palabras en la carrera “sólo
le faltó domar leones” y no exageraba, porque cubrió todos los registros y
géneros en teatro, televisión, radio y cine.
Su acceso a la fama con mayúsculas -en el país y en toda Latinoamérica- fue
como integrante de “Los cinco grandes del buen humor” junto a Rafael “Pato”
Carret, Juan Carlos Cambón, Zelmar Gueñol y Guillermo Rico. Un grupo cómico
musical que comenzó en radio y pasó al cine con nada menos que 12 comedias -13
si se cuenta la inaugural Cuidado con las imitaciones (Luis José Bayón Herrera,
1948) – que llenaron las salas desde 1949 a 1956, año en que muere Cambón y dejan de
usar el famoso nombre.
La colaboración entre Luz y sus tres compañeros siguió en cine y sobre todo en
televisión por varios años. Luego comenzó su recorrido en solitario con roles
muy dispares y muchos premios, aunque uno de los momentos que consideró
milagrosos fue el rodaje del film De eso no se habla (María Luisa Bemberg; 1993)
compartido con Marcello Mastroianni, donde interpretó un saliente secundario
como alcalde.
Pero especialmente se lo recuerda por el hilarante dúo “La Tota y La Porota” con Jorge Porcel, donde
interpretaban a dos comadres de barrio: en un contrapunto de improvisación y
picardía que los programas de archivo y canales dedicados al recuerdo suelen
reponer.
En mayo Jorge Luz cumplió noventa lúcidos años y participó activamente de
agasajos y distinciones a su larga trayectoria -todavía tenia una columna de
humor en Radio Nacional-, cuando este 14 de julio después de una afección
pulmonar “salió de gira” como suelen decir en su medio.
Una pérdida sensible no sólo por su talento, sino por ser parte de grandes
momentos clave en la historia del espectáculo argentino, algo que esperemos
subsane parcialmente la edición del libro de memorias que terminó tiempo antes
de su deceso con el periodista Hugo Paredero.