Después de los estrenos del último jueves del año -el día de la semana elegido tradicionalmente por los exhibidores argentinos para renovar la cartelera-, comienzan a difundirse estos balances sobre lo que pasó por las pantallas grandes del país.

Yendo al grano, la cifra total de argentinos que compraron una entrada y se acomodaron en su butaca para ver cine en el cine fue de casi 35 millones, un 24.5% menos que la del año pasado.

Una baja relacionada tanto con la crisis económica y la inflación que ha vuelto cara la entrada -algo probado por la excelente respuesta que tuvieron las dos “Fiestas de cine” y su descuento del 50% en el precio-, como como el streaming y su falsa sensación de que todo está online, aunque sea imposible suscribirse a cada plataforma.

Los argentinos que sí fueron al cine eligieron especialmente a: Intensa-mente 2 -con 6.500.000 entradas vendidas-; Mi villano favorito 4 -3.250.000-, Deadpool & Wolverine -2.900.000-, Moana 2 –1.500.000- y Kung Fu Panda 4 –1.400.000-; un Top 5 con cuatro secuelas y un crossover Made in USA, todos tanques con más de 200 millones de dólares de presupuesto y al menos 100 más para publicidad.

Nada para sorprenderse, ya que la distribución cinematográfica en Argentina y la mayor parte de los países occidentales está dominada por la industria de Estados Unidos -cuyos estudios en su mayoría funcionan en el suburbio angelino de Hollywood-, que desde fines del siglo pasado decidieron que la mejor manera de asegurar ganancias es refritar materiales probados en remakes, rebbots, precuelas, secuelas y últimamente en una mezcla de las primeras con las últimas que podrían llamarse “recuelas” -como Beetlejuice beetlejuice (Tim Burton; USA- 2024)- y hacer reestrenos para refrescar memorias antes de una secuela o por un aniversario, entre otras excusas.

Específicamente, en la ciudad de Bahía Blanca se estrenaron 186 títulos – un 70% de ellos estadounidenses- y al igual que en el resto del país, con una afluencia de público espasmódica a las salas, ya que una semana están llenas y la siguiente desiertas en una tendencia afianzada tras la pandemia.

Un Top 5 posible y discutible de lo mejorcito que se estrenó en los dos complejos de salas locales debería incluir a la animación El niño y la garza (Hayao Miyazaki; Japón- 2023), con el regreso del maestro Miyazaki de su retiro; Anatomía de una caída (Justine Triet; Francia- 2023), un atrapante thriller familiar; Los que se quedan (Alexander Payne; USA- 2023), una comedia dramática con tres solitarios obligados a compartir las fiestas de fin de año; Zona de interés(Jonathan Glazer; USA, UK, Polonia- 2023), con un punto de vista particular del campo de exterminio de Auschwitz y La sustancia (Coralie Fargeat; UK- 2024), body horror y distopía sobre el mandato de juventud eterna. Quinteto que difícilmente se hubiera estrenado de no mediar algún premio, en lo que sería la última esperanza de los cinéfilos.

Además del thriller psicológico El Jockey (Luis Ortega; Argentina, España, USA, México, Dinamarca- 2024), como el film argentino más visto con 130 mil espectadores y uno de los 18 estrenados en la ciudad -9% que incluye coproducciones-, en un año desastroso para el cine nacional, con un Incaa paralizado que a futuro se propone financiar sólo los proyectos con capacidad de llevar público a las salas, logro supeditado al gusto de quienes lo rijan -en este momento un economista- o al poder de un vidente, que deja como única oportunidad de concretar un rodaje a las coproducciones o a alguna propuesta de las plataformas.

Los géneros son un tópico aparte, ya que como en años previos abundó el entretenimiento en la comedia, la acción y el fantástico -en conjunto 50%- y escasearon los dramas -10%-; aunque las animaciones -20% – y el terror -19%- fueron los que aportaron diversidad al estrenarse sin importar el presupuesto o el origen.

En definitiva, un chato panorama 2024 y un 2025 que prometería más de lo mismo.

Autor: Redacción Ecodías