Cuando las pantallas se llenan de sol, flores y algunas otras cosas.

La primavera es una estación del año que abarca tres meses como las otras, pero ha sido símbolo de renovación y pujanza desde las primitivas fiestas orgiásticas que propiciaban buenas cosechas, pasando por los griegos y el mito de Persófone, hasta el presente.
Un sentir general que ha sido plasmado en todas las artes y como tal en el cine.
Los títulos son innumerables en las cinematografías de todas las épocas y en todos los géneros y se puede mencionar Springtime (Walt Disney, 1929), È primavera… (Renato Castellani, 1950) o Conte de printemps (Eric Rohmer, 1990), entre otros muchos.
Esto pasa también en la cinematografía nacional con filmes costumbristas como Sol de primavera (José Agustín Ferreyra, 1937), La novia de primavera (Carlos Hugo Christensen, 1942) y Ayer fue primavera (1955), primer largometraje de Fernando Ayala.
Pero especialmente en las décadas del 60 y 70 se desarrolló un raro subgénero del musical, donde el colorinche y sobre todo el “picnic primaveral” estaban en el centro de unas tramas muy primarias que servían de pobre hilo conductor para que los cantantes de moda dieran suelta a sus talentos dispares.
La camada de los sesenta estaba liderada por las estrellas del “Club de clan” con Palito Ortega a la cabeza y los títulos son muy elocuentes: Club del Clan (Enrique Carreras, 1964), Fiebre de Primavera (Enrique Carreras, 1965) y ¡Viva la Vida! (Enrique Carreras, 1969).
En los setenta la música se puso “beat” y menudearon los pantalones pata de elefante, pero las intenciones hipercomerciales y el estilo no cambiaron mucho. Al menos hasta después del golpe del ‘76, cuando toda esa alegría y ese buen humor –Vivir con alegría (Palito Ortega, 1979); ¡Qué linda es mi familia! (Palito Ortega, 1980)- en las pantallas resultaban ofensivamente o sospechosamente superficiales.
Quizás quien captó el kitch y mejor parodió el género y la época fue Alfredo Casero -de camisa estridente y peluca flequilluda- en algunos de sus sketchs de Cha Cha Chá.